jueves, 25 de diciembre de 2014

El Turismo Desde La Perspectiva Sociológica

El Turismo Desde La Perspectiva Sociológica

Por Alfredo Pastor Ugena (*)

 
El Turismo Desde La Perspectiva Sociológica
Este artículo es un resumen de la ponencia que el autor realizó en la mesa de Sociología del Turismo y Ocio, en el Congreso Nacional de Sociología celebrado en Castilla La Mancha, los días 7,8 y 9 de noviembre de 2014, en el Palacio de Valparaiso, Almagro (Ciudad Real).
En el contexto europeo la aproximación al estudio del turismo comienza a producir literatura y material científico específico, cuando se extiende paulatinamente y se va conformando como fenómeno de masas en las sociedades modernas
La constante observación de los fenómenos socioculturales, así como el análisis de la composición y las necesidades de las poblaciones en los contextos turísticos y de ocio, supone una tarea que la Sociología encara con todas sus herramientas teóricas y analíticas a través de la investigación social. Su lugar, por tanto, se encuentra en la planificación del turismo y ocio y en el estudio de la gestación de los fenómenos socioculturales, en la eclosión de los mismos, y en el tratamiento que se les debe otorgar cuando se han manifestado en la sociedad de destino turística.
Cada vez el Turismo es un hecho sociológico de mayor importancia: la observación de las relaciones, roles y motivaciones turísticas, además de las instituciones pertinentes y los impactos que conlleva el turismo en las sociedades de destino, hacen que se confeccionan teorías, se realicen estudios e investigaciones de los fenómenos socioculturales que acontecen, y se produzcan planificaciones turísticas para el desarrollo social.
La problemática que conlleva el desarrollo del Turismo en el medio ambiente y sus contribuciones como fenómeno creador de capital social, cultural, económico , político y humano; el creciente uso del tiempo libre y el ocio para las sociedades, así como los intereses y preferencias de la demanda turística, se convierten en categorías analíticas de interés para las Ciencias Sociales y, por lo tanto, para la Sociología.
Esta ciencia social capta al turismo como un factor de desarrollo en los ámbitos económicos y socioculturales, observando la incidencia que este fenómeno ejerce en las sociedades, en las áreas protegidas, en la gente, en las instituciones de todo tipo, en los programas de planificación y gestión medioambiental, así como en el desarrollo económico y social de los países.
Cada vez más los análisis sociológicos sitúan al Turismo como factor de desarrollo, representando para muchos países y regiones un motor importante de dinamización económica y de transformación social. Y en algunos casos como el único elemento de progreso económico de una sociedad.
Así la OCDE (“Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico”) mantuvo la idea de que en el Turismo se hallaba un potencial de crecimiento ilimitado, llevando en aquel momento al Banco Mundial y a Naciones Unidas, a promoverlo en los países en vías de desarrollo y a proclamarlo en 1967 como Año Internacional del Turismo por parte de Naciones Unidas. Además, factores como la regulación del transporte aéreo (Convención de Chicago) impulsaron el desarrollo turístico.
Una nueva cultura del ocio, la consolidación de las clases medias, con un poder adquisitivo más elevado, la mejora en los medios de transporte y las fuertes inversiones en infraestructura, complementan este círculo del turismo de masas de características multiplicadoras.
Desde la perspectiva del Turismo concebido como idea de progreso, puestos de trabajo, riqueza y comunicación entre los pueblos, hace que varios países en vías de desarrollo apuesten por el avance del Turismo sin realizar los estudios ambientales y planificaciones previas que garantizan la viabilidad de las infraestructuras naturales, lo que conduce a realizar estudios de sostenibilidad para paliar los posibles desajustes medioambientales.
Es así que en la década de los 70, la Sociología comienza a estudiar las manifestaciones y circunstancias del fenómeno del turismo en sus múltiples proyecciones, junto a otras disciplinas, como la antropología, la geografía humana, la economía, etc.
Según Martínez Quintana, “la Sociología del Turismo se ocuparía de la observación de las relaciones, roles y motivaciones turísticas, además de las instituciones pertinentes y los impactos que conlleva el turismo de las sociedad de destino”.
Es Knebel quien aporta el primer estudio sociológico propiamente dicho, en su obra que surge en 1960: Sociología del Turismo: Los cambios estructurales en el turismo moderno (publicada en español en 1976), en el que hace énfasis en el cambio social que se produce entre las sociedades y sus interacciones, proliferando y consolidando aquellas que más sinergias producen entre ellas.
Y es aquí cuando el campo de la Sociología del Turismo comienza a desarrollarse, ampliándose con las tipologías de Cohen (1972) y las primeras síntesis teóricas de Mac Cannell (1973).
Desde mediados de los años 70 el campo de la Sociología del Turismo ha crecido notablemente (según Méndez de la Muela, 2003, en Sociología del Turismo como disciplina, Ariel) y todos los trabajos se han centrado en el crecimiento del Turismo como un fenómeno económico y cultural, y por su profundo impacto, tanto en los países desarrollados como en los de vías en desarrollo.
Así la Sociología del Turismo ha venido estudiando los aciertos y contradicciones del fenómeno turístico, abordando en sus estudios los aspectos económicos y socioculturales predominantes.
En este sentido y siguiendo a Martínez Quintana (“Ocio y Turismo en la sociedad actual”, Mc Graw Hill, 2006), “para la economía el turismo supone trabajo , genera divisas, extiende el desarrollo, se complementa con actividades principales en las áreas locales, como la agricultura, posee efectos multiplicadores; pero también ese mismo fenómeno causa inflación, favorece la fuga de capitales, implica estacionalidad y produce desempleo, es vulnerable a la fluctuación e inestabilidad económica, social y política de los países, avanza y sobreexplota recursos naturales y crea contaminación”.
Desde el aspecto sociocultural el Turismo contribuye a la paz y al entendimiento internacional pero también contribuye a la falta de entendimiento y a la xenofobia. En definitiva, desde esa misma perspectiva, el Turismo amplía la educación, contribuye a la conservación del patrimonio y aprecio a la cultura, reduce barreras de lenguaje, raciales y políticas, pero también comercializa la cultura, la religión y el arte, y trae conflictos en las comunidades receptoras del Turismo.
La Sociología del Turismo, como rama de la Sociología General, se dedica en su doble vertiente sociológica macro y micro a la observación de los roles y motivaciones turísticas, las instituciones públicas y privadas pertinentes, y los impactos que conlleva el turismo y el ocio en las sociedades de destino turísticas.
Además, estudia las motivaciones de los viajes, actividades y ocio en el tiempo libre –consumo y experiencias subjetivas-, y a través de sus estudios e investigaciones, confecciona teorías y explicaciones de los fenómenos sociales claves que aquí intervienen, tanto de las sociedades desarrolladas como en desarrollo.
En definitiva, trata de estimular la reflexión, el análisis personal y la utilización de criterios científicos para obtener un conocimiento racional y objetivo de los fenómenos que acontecen en el turismo y el ocio.
Los nuevos acontecimientos en nuestras vidas , ocasionados por las aportaciones tecnológícas, que están cambiando la forma de comportamiento del individuo respecto a los proceso productivos y, por ende, en la actividad turística y en la utilización del tiempo de ocio, son también objeto de estudio de la Sociología.
La era de la información y las nuevas tecnologías, hacen referencia específica al surgimiento de una nueva estructuración social, en la que se desarrolla el Turismo. Lo cual, como nos comenta Castells, “nuestras sociedades se estructuran cada vez más en torno a una posición bipolar entre la red y el yo propia de la incidencia de la sociedad posindustrial, las funciones y motivaciones de los turistas en el tiempo libre y el ocio, así como su relación con la sociedad de consumo”, al que tenemos acercarnos mediante el conocimiento de los nuevos estilos de vida del turista, la significación y/o moda del viaje, en el marco de la sociedad de la información.
(*) Alfredo Pastor Ugena es presidente de la Academia Iberoamericana de Escritores y Periodistas

Las relaciones históricas entre España e Hispanoamérica siglos XV y XVI

Por Laura Pastor

 
Las relaciones históricas entre España e Hispanoamérica siglos XV y XVI
España, tras el proceso de la Reconquista, se sintió capaz y con voluntad de realizar empresas universales, como la del continente americano En este punto de partida influyeron decisivamente la conquista de Granada y la derrota definitiva del Islam.
A la vez que España luchaba por su supervivencia, se consolidaba como nación, y lo hacía desde la fe y contra el enemigo de la fe, el Islam.
El descubrimiento de América fue una empresa-algo improvisada- del primer Estado Moderno de Europa ,que surge con los Reyes Católicos, y especialmente bajo la bandera de Castilla, en el puzzle territorial de una unión matrimonial. El reino castellano era el más poblado, con buena preparación marinera, capacidad náutica y quizás el más predispuesto a la hazaña americana.
Hay que sopesar lo que supuso esto para un pueblo que había estado luchando contra los árabes, durante siglos, ganando día a día su supervivencia y corriendo constantemente el peligro de extinción. ¡Qué concentración tan formidable de energía debía tener España – si se nos permite el término que al menos nosotros utilizamos con propiedad-en aquellos momentos! ¡Cómo debía pesar sobre su conciencia este cúmulo de fuerzas!
Los descubrimientos, los hallazgos creadores, exigen tiempo, esfuerzo continuado, tesón y una larga preparación. El acontecimiento del “Nuevo Mundo” la iba a dar una fortaleza inmensa a su identidad. No contenta con los propios límites peninsulares, se lanzó a la mayor empresa de los tiempos modernos: el descubrimiento de América y su incorporación a la cultura occidental, tras la mencionada guerra de Granada , hecho histórico decisivo sufragado por numerosas aportaciones del pueblo y de la Iglesia a través de las bulas de cruzada.
Esta enorme tensión bélica interna de ocho siglos necesitaba en 1492 una catarsis que lanzó a España a la expansión de nuevas aventuras marinas, comerciales, políticas y religiosas.: esa identidad española ,ganada a pulso durante siglos, era esencialmente cristiana.
Fernando el Católico declaró en 1481 que su objetivo era “expulsar de toda España a los enemigos de la fe católica y consagrar España al servicio de Dios”. Nuevamente, el 3 de junio de 1482 el Papa y los Reyes Católicos llegaron a un acuerdo para unir fuerzas contra el infiel. Aquél atacaría al turco y estos al moro. Las bulas de cruzada colmarían de favores espirituales a aquellos que contribuyeran a esta “empresa”, físicamente o con donaciones.
Desde este momento, la iglesia española movilizó todos los recursos propagandísticos. Desde los púlpitos se apelaba al sentimiento de los fieles para luchar en guerra santa contra el infiel. Y tal fue la implicación de la Iglesia que Ladero Quesada ha estimado que tres cuartas partes de los gastos de la guerra de Granada fueron pagados por el Papa a través de distintos tributos eclesiásticos.
Desde el plano ideológico, mientras en el resto de Europa se producía la expansión del humanismo renacentista de “corte pagano”, España, sin dejar de abrirse a las nuevas corrientes modernas que postulaban la emancipación de la conciencia, fuese
no sólo capaz de mantener su fe, sino de armonizarla con los nuevos tiempos. Y es que su religiosidad era tan sólida que, mientras que la modernidad en Europa fue pagana o protestante, en España-teóricamente-siguió siendo católica. Desde esta perspectiva se entiende mejor la expansión de España en América y su evangelización.
¿Cómo se explica que un país poco poblado, como era España entonces, que no superaba los diez millones de habitantes se apoderase de casi todo el continente americano en unos cincuenta años? Aquel puñado de hombres aguerridos pobló ciudades, campos, pueblos y sierras; surcó mares, océanos y ríos en condiciones indescriptibles.
¿Qué hay debajo de la decisión de Cortés de quemar las naves, o de la de Orellana en el primer recorrido del Amazonas o de la de Valdivia en ir a Chile?. No cabe duda que. eran unos “quijotes” embarcados en una empresa que les desbordaba pero que respondía plenamente a las ansias de expansión y de fe que bullían en España.
Esta apertura de España era la de una sociedad típicamente abierta. No sólo se abrió al Atlántico y al Pacífico, sino que también al Mediterráneo y a Europa; en un orden interno de cosas- como veremos más adelante- se abrió también a las reformas del Renacimiento y del Humanismo.
Este período tan importante, de la Historia de España que aquí abordamos, podemos delimitarlo cronológicamente desde 1492, con el Descubrimiento, Conquista y Colonización de este Continente ( siglos XV y XVI esencialmente) hasta el proceso de independencia y emancipación de las colonias, a datar entre 1808-1825, por un lado y, por otro, desde esta última fecha hasta 1898, con le pérdida definitiva de nuestra presencia colonial en estas tierras, en las que implantamos nuestra cultura, la mayoría de las veces siguiendo los moldes españoles de forma ortodoxa.
Nuestra intención es orientar pedagógicamente estas relaciones de nuestra presencia en este Continente, obviando en lo posible otros factores – a veces imperantes en ciertas mentalidades colectivas-sobre, por ejemplo- la famosa Leyenda negra- intentando por encima de todo positivar el análisis histórico sobre la presencia española en América: que consideramos globalmente fue gran salto adelante para la civilización, al menos europea.
No pretendemos de manera alguna exaltar las vicisitudes que contornean la mente triunfalista, que en tiempos predominó en algunos círculos intelectuales, donde nos mostraban una Hispanidad en que la madre patria, con el “tildado sentido imperialista de Isabel y Fernando”, había dominado Hispanoamérica con las ideas del padre Victoria y la imagen del “buen indio” extendida por el padre Las Casas.
“ Éste se lamenta que se hubiesen tomado naciones y reinos indígenas como si fueran infieles, ignorando que en realidad no eran infieles sino simples paganos que en absoluto ofendían el cristianismo. Cierto es que los indios de las altas civilizaciones mesoamericanas y andinas tenían religiones más complejas, aunque no dejaban de ser paganos”.
Dentro de la Iglesia había varias doctrinas: una minoritaria, conocida como humanista, que era moderada y toleraba la convivencia de religiones negando la esclavitud: Benito Arias Montano, fray Bartolomé de Las Casas, fray Pedro de Córdoba, Francisco de Vitoria o fray Bartolomé de Albornoz son algunas de las figuras más destacadas de esta corriente.
Existía otra postura que reconocía y defendía un trato diferente para los infieles y los paganos. A los infieles había que hacerles la guerra pero los paganos se podían incorporar directamente al seno de la Iglesia, mediante prácticas evangélicas.
Y, finalmente, existía otra convicción- que defiende fray Luis de León, citando a San Gregorio- que incluye dentro de los infieles tanto a los herejes como a los paganos. Pues, bien, desde mucho antes del Descubrimiento de América, la Iglesia había optado por la tercera de las doctrinas. Y ello porque hacía tiempo “que el pueblo español se sentía llamado por Dios para expandir el cristianismo”. Una política que emprendieron los Reyes Católicos y que continuó Carlos V no sólo en América sino incluso en Europa donde pretendió crear un imperio cristiano.
Efectivamente, por encima de cualquier proyecto mercantil, uno de los grandes
objetivos alentados desde la Corona, fue que en los nuevos territorios imperara la unidad cristiana. En América no habría moros, moriscos, judíos, gitanos ni herejes, sólo habría cabida para los cristianos católicos.
A finales del siglo XIX escribía el historiador mexicano, García Izcalbalceta :“La Iglesia urgía siempre para que se llevase la luz de la fe a las regiones incógnitas. España era el primer campeón del catolicismo, y así como en el Viejo Mundo sostenía terrible lucha contra las nacientes herejías, del mismo modo en el Nuevo agotaba sus fuerzas para extirpar la idolatría”.
Ante estas polémicas y vicisitudes teóricas entre teólogos de la élite intelectual española del momento, la “leyenda, más o menos nacionalista”, había triunfado en el mundo- la Leyenda negra- donde se vertía una amalgama de ideas contra la concebida como España inquisitorial, ignorante, fanática, dispuesta a la violencia y enemiga del progreso.
La base de esta Leyenda negra estaba escrita-en parte- por los propios españoles: La Brevsima relación de la destrucción de las Indias (1552), del misionero dominico padre Las Casas, y los escritos de Antonio Pérez, secretario de Felipe II. Las numerosas y reiteradas ediciones de la Brevisima, con las ilustraciones cruentas de Theodore de Bry que acompañaban al texto, constituyeron un fenómeno nuevo en la publicidad europea. El carácter español que ilustraba estos libros, reproducido a través de la imprenta en miles de ejemplares, quedó marcado por el estigma de la codicia y la crueldad. El padre Las Casas brindó, sin quererlo quizás, el arma más eficaz y contundente para servir de base a las pretensiones francesas, alemanas, holandesas o inglesas sobre el Nuevo Mundo. Cuando estas potencias lograron establecerse, hicieron las mismas crueldades, pero fue menor su dominio en espacio y jamás se preocuparon de hacer examen de conciencia, público y reiterado sobre su obra en América”. [1]
Hay unas consecuencias que son peores aún. Existe una opinión pública que se siente hastiada ante la reiteración, controversia y parafernalia de tantos y tan variados alegatos sobre el legado de España en América. En quinientos años, no se han logrado superar estas Leyendas y crear un estado de conciencia que permita la comprensión real de lo que pasó en el encuentro entre ambas culturas, para explicar lo que España creó, legisló, explotó, exportó, importó y lo que castigó.
Lo que separa a España de otros países colonialistas es la decisión predispuesta por el Gobierno de Castilla a analizar el derecho que tenía la nación de poseer las Indias en primer lugar, y a hacerlo abiertamente con hombres expertos en Derecho y, sobre todo, la diatriba de Valladolid, en que se enfrentaron Las Casas y Sepúlveda defendiendo opuestas ideas, y todo ello para ayudar a la conciencia real. Ningún otro país se ha cuestionado los derechos de sus colonos, ni ha tenido defensores que lo hayan hecho con conocimiento de leyes y testimonios de testigos.
Veamos algunos ejemplos significativos al respecto. Una Instrucción de la reina Isabel, fechada en 1503, anima a que “dichos indios se casen con mujeres indias y mujeres cristianas con ellos”. Una Real Cédula de Fernando de 1515 dice: “Es nuestra voluntad que tengan entera libertad para casarse con quien quieren, así con indios como con los naturales de estos reinos o españoles nacidos en las Indias…” Éste es el principio de la nueva raza, propiciado por la Corona. Esto constituye una revolución para su época, y una verdadera apertura en el mundo de las relaciones humanas que no hizo ninguna nación. Sólo podemos recordar el planteamiento totalmente contrario llevado a cabo por los ingleses, holandeses y franceses.
En ningún momento fueron Las Indias legisladas como colonias. El derecho de sangre hizo que se gobernara América de manera distinta a la empleada comúnmente en otros países. El Consejo de Castilla, de Aragón o de Italia se encontraban en la misma categoría con el Consejo de Indias en carácter ejecutivo y consultivo, como parte integral de la Monarquía.
La idea de fomentar el crecimiento de las poblaciones aparece en las Instrucciones dadas a Colón en 1497: “Se habían de sembrar semillas, plantar huertos e algodoneras e linares e viñas e árboles e cañaverales de azúcar e otras plantas e hacer edificar casa e molinos e ingenios para dicho azúcar”. Éste es el principio de la agricultura europea en América.
La Casa de Contratación de Sevilla recibe órdenes en 1519 para “que no parta alguna nave para las Indias sin llevar útiles de labranza y abundante simientes”. La expedición de Sanlúcar de Barrameda de 1520 fomenta la emigración española, trasladando a 1.520 españoles. Allí iban 34 familias de labradores, con 90 hijos, 31 criados solteros, con 200 azadones, 200 azadas, 100 escoplos, 6 piedras de moler y muchos otros instrumentos para edificar, fabricar y elaborar lo necesario para establecerse en el Nuevo Mundo. En las naves iban los primeros caballos, las primeras reses, las primeras ovejas, etc. Plantas y animales desembarcaban en La Española, donde se aclimataban convenientemente hasta ser transportados de nuevo a la Nueva España.
Tenemos que recordar que en América no se conocían ni el caballo, ni el perro guardián; tampoco conocían el cerdo, la vaca, la cabra, la oveja churra, el gato, el conejo, la gallina, la paloma… No conocían tampoco el trigo, la cebada, el centeno, el arroz, la vid y toda clase de legumbres y verduras, como los guisantes y las cebollas. No existía la caña de azúcar, el olivo, el naranjo y el limonero, el plátano, el manzano, los melocotones, los albaricoques, los higos, los almendros, las nueces o los melones. La vid y la agricultura dieron lugar a la formación de admirables culturas.
No existían la mayoría de los árboles frutales, ni el pino, el ciprés y la palmera de dátiles. Y lo que era más crucial: no usaron la rueda como transporte; todo se hacía sobre las espaldas, ni usaron nunca el arado, aun en su forma más primitiva.
Hoy día, en que podemos comprobar todo esto con las pruebas de ADN, conocemos que ,esta exportación de productos y la correspondiente emigración, no se habían conocido hasta entonces en el mundo. También es verdad que España trajo de Hispanoamérica otros elementos alimenticios y minerales importantes como la patata , el maíz, el chocolate, el tabaco, el oro y la plata. Es cierto que se realizaron prácticas acordes con la época de tráfico de esclavos, y no podemos olvidar tampoco alteraciones ecológicas que allí tuvieron lugar, entre otros aspectos negativos.
Fue, sin duda, sorprendente, la influencia que tuvo España en Hispanoamérica por la educación. Las escuelas para los indios comenzaron inmediatamente a funcionar a la llegada de los misioneros. En iguales condiciones de tiempo y economía, podemos ver que la escolarización de los nativos indios estaba muy a la par de la que tenían los españoles de la Península.
Una misma acción se llevó adelante con el tema sanitario y de los hospitales
El aislamiento en que había vivido América impidió crear defensas inmunológicas contra enfermedades desconocidas. Aunque el contagio fue mutuo: “las taínas” contagiaron la sífilis a los españoles y esto causó una epidemia en Europa. Los indios se vieron agravados por su vulnerabilidad a los gérmenes patológicos y por la destrucción de su hábitat cultural. La viruela, el sarampión, la gripe, la tuberculosis-entre otros problemas sanitarios trasladados por los españoles- provocaron epidemias entre ellos.
El primer hospital fundado por los españoles fue el de San Nicolás de Bari, en Santo Domingo, en 1503. Los franceses no establecieron un hospital en Québec hasta 1639, En territorio de lo que hoy son los Estados Unidos, los ingleses abrieron el primer hospital en 1765.
En el ámbito académico, la Cédula Real de 1538 otorgaba a los dominicos la fundación de un “Estudio”, anexo a una iglesia y un hospital, que hubiera podido ser la primera universidad americana, en La Española, pero la Universidad no funcionó como tal hasta 1558.
Por Cédula de 1551, renovada en 1562, se declaraba que, “para servir a Dios…, conviene a nuestros vasallos súbditos y naturales que tengan en ellos Universidades y Estudios Generales, donde sean instruidos y graduados en todas las ciencias y Facultades; y por el mucho amor y voluntad que tenemos de honrar y favorecer a los de nuestras Indias y desterrar de ellos las tinieblas de la ignorancia, creamos y fundamos y constituimos en la ciudad de Lima, de los reinos de Perú, y en la ciudad de Méjico, de la Nueva España, Universidades y Estudios Generales… y concedemos a todas las personas, que en dichas Universidades fueran graduadas, que gocen en nuestras Indias… de las libertades y franquicias de que gozan en estos reinos los que se gradúan en las Universidades y estudios de Salamanca”..
¿Qué decir de las manifestaciones artísticas? El arte sagrado, religioso, va a florecer en América, uniendo el barroco español con el arte indio. Se crean escuelas de Arquitectura, Escultura y Pintura, que desarrollarán el Arte Colonial.
Se construyen las maravillosas catedrales de Santo Domingo (1511), la de Cuba (1522), la de Venezuela (1532), la de Cuzco (1537), la de Honduras (1539), la de Lima (1541), la de Santiago de Chile (1561), la de Tucumán (1570). Este esfuerzo arquitectónico abrió un mundo artístico nuevo para la creatividad autóctona que hoy sigue siendo asombroso y admirado por todos.
Todo el arte colonial es un reflejo del mestizaje cultural entre dos viejas y ajenas formas de vida que produjeron nuevas manifestaciones artísticas.. La técnica y el tiempo del trabajo se alteran, apareciendo nuevos artesanos y artistas.
En el arte, como en los tejidos o muchas de las obras artesanales, con metales o madera, quedaron incorporadas las preferencias del temperamento indio, su característico sentido de la forma, del volumen y del color. Ya no son exclusivas manifestaciones artísticas de España en América, sino- el resultado de estas obras de arte- son productos de una nueva entidad artística con su herencia propia.
Desde la perspectiva actual no podemos sumergirnos en las diferencias marcadas por la aportación o la explotación, sino que parece más positivo alentar y defender lo que nos une, no lo que nos separa y diferencia. Hoy es factible hablar de Iberoamérica o Hispanoamérica en estos términos, a pesar de la oposición de los nacionalismos autóctonos más ortodoxos que reniegan en gran parte de las aportaciones que ambas civilizaciones se dieron.
En palabras de Octavio Paz: Octavio Paz “No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía está en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas. Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos –quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país- no seríamos lo que somos. Seríamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas distintas”.[2]
Como dijo Vargas Llosa: El quinto centenario va a dar origen a muchos discursos. Va a haber efusiones retóricas en todo el mundo hispánico, interminables, pero me temo mucho que buena parte de la celebración se quede en las efusiones retóricas. Me temo que en América Latina resuciten viejas controversias totalmente apolilladas como las del indigenismo y el hispanismo. Que comiencen a cobrarse cuentas a los conquistadores por las destrucciones y asesinatos y que se pierda la oportunidad para algo que debiera ser una celebración creativa, por ejemplo, la lucha contra los nacionalismos en América Latina que es una de las batallas que todavía hay que librar.[3]
BIBLIOGRAFÍA
Crónicas y biografías:
- Crónicas de América, (83 vols.), Dastin, Madrid, 2000. Completísima edición de las crónicas, relaciones y descripciones de América desde fines del siglo XV a comienzos del XIX, desde Colón a Humboldt.
- Protagonistas de América, 50 vols., Historia 16, Madrid, 1986-87.
Obras generales y de investigación, síntesis y opinión:
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BETHELL, LESLIE (ed.), Historia de América Latina, vols. 1 a 5, Barcelona, 1990-91.
BONILLA, H. (ed.)( 1992. ) Los conquistados. 1492 y la población indígena de las Américas, Colombia
BRADING, D., (1993) Orbe indiano: de la monarquía católica a la república criolla, 1492-1867, México.
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CASTILLERO, A. (1995) Conquista, evangelización y resistencia, Panamá
CÉSPEDES DEL CASTILLO, G. (1986) América Hispánica (1492-1898), y Textos y documentos de la América Hispánica (1492-1898), tomos VI y XIII, respectivamente, de la Historia de España dirigida por Manuel Tuñón de Lara, Barcelona.
CHAUNU, P.(1980) Conquista y explotación de los nuevos mundos, Barcelona, 1973.
Domínguez Ortiz, A. (dir.), Descubrimiento, colonización y emancipación de América, vol. 8 de la Historia de España editada por Planeta, Barcelona.
KOHUT, K. (ed.) (1992 ) De conquistadores y conquistados. Realidad, justificación, representación, Frankfurt
KONETZKE, R. (1972. ) América Latina, II: La época colonial, Madrid
GUTIÉRREZ ESCUDERO, A.( 1990) América: Descubrimiento de un Nueuo Mundo, Madrid.
HERNÁNDEZ SÁNCHEZ-BARBA, M.(1981) Historia de América, 3 vols. Madrid.
JUNQUERA GÓMEZ. ,Mercedes (2005): La Leyenda Negra y Las Leyes De Indias : .Hardcover, Arboleda, Ediciones.
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LUMMIS, Charles F. (2008). Los exploradores españoles del siglo XVI. BiblioBazaar.
MARTÍN MORENO, Francisco (2006) México ante Dios. Santillana Ediciones Generales.
MORALES PADRÓN, F.,(1981) Historia del descubrimiento y conquista de América, Madrid.
MORALES PADRÓN, F.( 1986) América hispánica hasta la creación de las nuevas naciones, Madrid.
PAZ, Octavio (1995)Vislumbres de la India. Barcelona, Seis Barral. Página 116
POSSE, Abel (2004). De la crónica al mito de América, Biblioteca Virtual Cervantes.
TAVIANI, P. E. (1983) Cristóbal Colón, génesis del gran descubrimiento, Barcelona.
VICENS VIVES, J. (dir.) (1972.) Historia Social y Económica de España y América, vols. II, III y IV, Barcelona
ZAVALA, S.( 1967) El mundo americano en la época colonial, 2 vols., México.
ZAVALA, S.(1971) Las instituciones jurídicas en la conquista de América, México.
ZAVALA, S (1972) La filosofía política en la conquista de América. México.
[1]JUNQUERA GÓMEZ. ,Mercedes: La Leyenda Negra y Las Leyes De Indias :.Hardcover, Arboleda, Ediciones

UN BANQUEE FAMILIAR DE WILLEM VAN HERP, por Alfredo Pastor

En este bello cuadro de Willem Van Herp (1614-1677) observamos una ves más cómo la gastronomía puede ser el centro motivador de una bonita pintura, como es este caso el Banquete familiar, título de esta obra de arte.
            Este lienzo refleja una escena propia de una familia burguesa de la época, con un buen número de integrantes que se nos muestran con diferentes actitudes. La mesa parece ser el centro de la concordia que Willem refleja. La composición se ajusta a una excelente disposición de diagonales.
            Los efectos de claroscuro hacen precisamente que al pintor proyecte la mayor claridad en el centro del cuadro, coincidiendo con la disposición de los alimentos en la mesa: la luz se vierte sobre el mantel y los alimentos, iluminando los rostros de los protagonistas.
            El banquete tiene lugar en una modesta estancia donde la armonía de los presentes gira en torno al tema de la gastronomía. El autor plasma en los rostros de cada uno de los personajes  una actitud diferentes de gozo y de alegría. Véase , por ejemplo como un muchacho recoge con su sombrero los alimentos que arroja una pareja desde la escalera..
En relación con  la época, el autor utiliza también como motivo esencial para la disposición del grupo de personajes los placeres de la buena mesa, decantándose por mostrarnos lo que hoy  denominaríamos una cocina de degustación, más que de ingestión, convirtiendo a este espacio gastronómico  en un espectáculo visual y sensoria. En este caso: la comida es una estrategia de seducción y presentación para hacer un cuadro precioso.

UN BANQUEE FAMILIAR DE WILLEM VAN HERP, por Alfredo Pastor

En este bello cuadro de Willem Van Herp (1614-1677) observamos una ves más cómo la gastronomía puede ser el centro motivador de una bonita pintura, como es este caso el Banquete familiar, título de esta obra de arte.
            Este lienzo refleja una escena propia de una familia burguesa de la época, con un buen número de integrantes que se nos muestran con diferentes actitudes. La mesa parece ser el centro de la concordia que Willem refleja. La composición se ajusta a una excelente disposición de diagonales.
            Los efectos de claroscuro hacen precisamente que al pintor proyecte la mayor claridad en el centro del cuadro, coincidiendo con la disposición de los alimentos en la mesa: la luz se vierte sobre el mantel y los alimentos, iluminando los rostros de los protagonistas.
            El banquete tiene lugar en una modesta estancia donde la armonía de los presentes gira en torno al tema de la gastronomía. El autor plasma en los rostros de cada uno de los personajes  una actitud diferentes de gozo y de alegría. Véase , por ejemplo como un muchacho recoge con su sombrero los alimentos que arroja una pareja desde la escalera..
En relación con  la época, el autor utiliza también como motivo esencial para la disposición del grupo de personajes los placeres de la buena mesa, decantándose por mostrarnos lo que hoy  denominaríamos una cocina de degustación, más que de ingestión, convirtiendo a este espacio gastronómico  en un espectáculo visual y sensoria. En este caso: la comida es una estrategia de seducción y presentación para hacer un cuadro precioso.

UZBEKISTAN, por Laura Pastor

Las vías del comercio entre Oriente y Occidente, conectadas paulatinamente a lo largo de los siglos, acabaron creando la Ruta de la Seda, un camino de distancias inimaginables, peligros frecuentes y riquezas legendarias. 

Khiva
Grandes viajeros como Marco Polo describieron en su libro “Il Milione” (o “Los viajes de Marco Polo”) esta ruta que hoy redescubrimos turísticamente aprovechando la celebración del Congreso Internacional de FEPET (Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo) en las ciudades uzbekas de Tashkent, Samarkanda, Bukhara y Khiva. 
El origen de estas ciudades se remonta al imperio persa, cuando los antiguos pueblos nómadas comenzaron a asentarse en las mismas ya que fueron puntos de paso obligado para los comerciantes que recorrían la Ruta de la Seda entre China (concretamente Xi´an) y Europa. 
Uzbekistán es la tierra más antigua de Asia Central con más de venticinco siglos de historia. Es un destino turístico aún no masificado y relativamente poco popular aunque las renombradas Samarkanda, Bukhara y Khiva ayudan a rememorar personajes de la talla de Alejandro Magno, el teólogo musulmán del S.IX Ismail al-Bukhary (autor de los hadices “Al-Djami al-salih” que es el segundo libro musulmán después del Corán),el emperador Genghis Khan y sus descendientes Tamerlán y Ulugbek. 
Como visitante, quedé atónita tras el recorrido por sus grandiosas madrazas (escuelas coránicas), mezquitas adornadas con cerámicas azules, altos minaretes, palacios antiguos, mausoleos, caravaneras y sus bazares, llenos de colorido y de aromas a una infinidad de especias. 
Asimismo quedé seducida por la cocina uzbeka que se caracteriza por estar compuesta de miles de platos tradicionales protagonizados por ingredientes como el cordero y el cilantro. Es costumbre que, antes de empezar a comer, la mesa esté servida siempre con pequeños platos de ensaladas, tortas de pan, frutos secos así como uvas, manzanas y otras frutas. 
Plov, plato típico de la cocina uzbeka
El “plov” es el suntuoso emblema por excelencia de la cocina uzbeka. Este manjar suele ser preparado por los hombres en días de fiesta o en celebraciones como las bodas y, aunque varía según la región, básicamente se compone de carne hervida y frita, arroz, cebollas y zanahorias. 
Como bebida al uso, el té verde se sirve en pequeños tazones de cerámica tras una pequeña ceremonia que consiste en que el té se vierte dentro del cuenco limpio del anfitrión para vertirse de nuevo dentro de la tetera, así hasta la cuarta vez que es cuando se ofrece a los invitados. Aunque, por otra parte, no podemos olvidarnos de otra bebida con la que sus gentes sacian los paladares: el vodka.
  
Comenzamos el itinerario en TASHKENT que es la capital del país. Es una urbe moderna con amplias avenidas y magnánimos edificios testigos de los vestigios arquitectónicos soviéticos.
Entre sus atractivos turísticos destacan la madraza de Barak Khan, la madraza Kukeldash, el bazar de Chorsu cerca de la mezquita del Viernesla plaza de la Independencia, el conjunto de Khast Imom compuesto por una mezquita, una madraza, un mausoleo y un museo donde se guarda el Corán de Osman y, por último, el metro de Tashkent que cuenta con estaciones decoradas como si fuesen estancias de un palacio. 
Plaza de Registán (Samarcanda)
SAMARKANDA, apodada como la “perla de la Ruta de la Seda”, es la ciudad con nombre mítico que despierta el recuerdo de la lectura de los “Cuentos de las Mil y Una Noches”. 
En lo alto de una colina, encontramos la necrópolis de Shah-i-Zinda (s XIV-XV) que alberga una aglomeración de mausoleos y mezquitas funerarias. Los azulejos están decorados con ornamentos vegetales entremezclados con caracteres arábigos de textos del Corán y hadices. 
En 1520, el gobernador de Samarkanda, Mirzo Ulugbek, mandó construir el observatoriomás grande de Asia. La compilación de sus estudios astronómicos quedó recogida en catálogo Zij al -Sultani” de Ulugbek. Importante documento que captó la atención de científicos europeos del s. XVII en Oxford.
Gracias a las excavaciones del arqueólogo V. Vyatkin hoy podemos visitar este observatorio y recrearnos en su museo contemplando páginas del Zij, una colección de instrumentos astronómicos y fotografías de la excavación.
Una de las instantáneas que siempre recordaré es la plaza de Registán. Rodeada por tres madrazas: la de Ulugbek (s.XV), de Shir Dor (s. XVII) y la de Tillya-Kari (s. XVII) que quiere decir dorada por a la cantidad de detalles dorados que adornan el interior de la mezquita de esta madraza

Llama la atención que dentro de las mismas, se combina la importancia como escuelas islámicas, como lugares de rezo y como puntos de comercio de artesanía típica uzbeka como los famosos suzanis, alfombras, cajas lacadas, instrumentos musicales, chaquetas bordadas y demás prendas tradicionales. 
Es óbice hacer mención a la colmada de leyendas mezquita de Bibi- Khanymerigida por orden de Amir Temur en honor a la más amada de sus esposas: Saray Mulk Khanym. Su majestuosa entrada, flanqueada con grandes pilares, enclaustra el edificio principal de la mezquita junto con dos mezquitas de invierno en cada uno de los lados. En el centro se levantó un atril de mármol usado para sostener un enorme Corán en tiempos de Ulugbek. 
Al lado de esta última mezquita, se descubre el gran mercado donde se puede degustar el pan característico de esta región (obi-non) de forma redondeada como un disco de sol, famoso por su sabor especial y por la originalidad de la decoración. Alrededor del mercado, hay varios pabellones de té (chai-khanas), que contagian su hospitalidad a la hora de beber este líquido verde. 
Mausoleo (Samarkanda)

Como curiosidad, una de las principales calles de Samarkanda está dedicada al embajador, Ruy González de Clavijo, que en el s.XV fue enviado por el rey Enrique III de Castilla a la corte de Tamerlán. El relato de sus viajes fue refundido bajo el título de “Embajada a Tamerlán” constituyendo una de las joyas de la literatura medieval castellana.
Además, como corolario de su visita, Tamerlán fundó la villa de Madrid (única en Asia) en honor al pueblecito del que provenía Clavijo (siglo y medio antes de que Madrid fuera capital de España).

BUKHARA, cuna del gran Avicena, fascina por sus más de 140 monumentos del Renacimiento Oriental. En la Edad Media, contaba con más de 360 mezquitas y 80 madrazas.
Bukhara ha sido tradicionalmente el principal centro de cultura islámica en Asia Central y el principal centro de peregrinación musulmana del mundo tras La Meca, conociéndose como “la estrella del mundo islámico” o “la Ciudad Santa de Asia Central”.
Mausoleo de los Samánidas (Bukhara)

No obstante, también es morada de una numerosa comunidad judía cuyos antepasados se asentaron en la ciudad durante la época romana, contando por ende con varias sinagogas para el culto judío. 
Dentro del parque central de Bukhara se asienta el mausoleo de los Samánidas. De forma cúbica es el primer edificio construido en el siglo IX con ladrillos. Estos están puestos de 14 sistemas diferentes haciendo que cambie de color según la luz del día objeto de la técnica decorativa y de trabajos en relieves con ladrillos. 
La ciudadela Ark que envuelve entre sus murallas un castillo, mezquitas, museos y tiendas.
Justo enfrente y, tras cruzar una vía, se levantó la mezquita Bolo-Haus que es el lugar oficial para las oraciones del emir.
Siguiendo las callecitas del Ark, llegamos a una pequeña plaza del complejo Poi-Kaliánen el que se encuentran el Minarete Kalián , la Mezquita Kalián con una capacidad para más de 10.000 personas y la madraza Miri-Arab.
En los alrededores, descubrimos tres núcleos de comercio artesanal con angostos callejones donde se alienan estupendos bazares para poder conseguir, entre otros, orfebrería, pieles, echarpes y cerámica. 
La parte antigua de KHIVA, Ichan-Kala, es una ciudad-museo al aire libre que se visita paseando por el dédalo de calles que permiten admirar los edificios singulares de la arquitectura uzbeka transportándote a un escenario de ensueño, especialmente, al atardecer. 
Khiva
Entre ellos, la mezquita Juma no sobresale por la decoración de sus paredes sino por las 213 columnas de madera de olmo con un tallado excepcional en sus fustes y capiteles. 
El lugar de residencia del Khan de Khiva fue el palacio Allakuli-khan Tash-Khauli el cual incluye varios patios con dependencias oficiales y residenciales como el harén, la sala de recepción o el patio de justicia. La mayólica cubre las paredes de los porches, las columnas con base en mármol están talladas en madera y los techos se decoran con una rica policromía. 
Recuerdos típicos de Khiva son las marionetas, artesanía en madera, mantas de pelo de camello o variopintas zapatillas de lana. 
Así pues invito a todos los lectores a viajar a este fascinante país porque tal y como dice un proverbio uzbeka “más vale verlo una vez que oirlo varias veces”.


Alfredo Pastor

PASEOS POR LA HISTORIA DEL ARTE: LA PINTURA, MADAME RÉCAMIER, por Alfredo Pastor

Escrito por Alfredo Pastor. En ArteLa Pintura
Publicado el 16 septiembre, 2014 hay Sin Comentarios
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Madame Récamier
Madame Récamier

El pintor francés Jacques-Louis David (1748-1825)  es el autor de esta interesante obra titulada Madame Récamier. Se trata de es un cuadro pintado al óleo sobre lienzo de 174 centímetros de alto por 224 cm. de ancho pintado por el artista en 1800. Se conserva en el Museo del Louvre de

París.

            En la larga carrera de David se combinan varios elementos del arte clásico: su admiración por la Antigüedad, su deseo de comunicar fuertes mensajes políticos y morales, un perfecto esmero en los aspectos formales, y, a una edad más avanzada, el elogio a la grandeza de Napoleón.

            Durante su aprendizaje en París, Jacques Louis David se formó principalmente en los temas históricos y mitológicos. En 1775 ganó el Premio de Roma y viajó a esta ciudad donde permaneció cinco años. Influenciado por el severo ideal de racionalidad que proponían los representantes del neoclasicismo como Canova, Mengs y sobre todo Winckelmann.

            Se volcó en el estudio y en el dibujo de la estatuaria antigua, imitando las poses, las formas y hasta la ropa, creando un estilo figurativo característico. En Italia visitó igualmente la region de Emilia, interesándose por los grandes maestros de la escuela boloñesa, como los Carracci y Guido Reni. En Roma, en una atmósfera cultural particularmente activa, estudió a Rafael y a Poussin.

           1jacques-louis-david-portrait-of-mme-recamierConvencido de que la finalidad del arte era en primer lugar moral, a su regreso a Francia ejecutó pinturas de una sencillez monumental, ejemplares por su claridad narrativa. Por ejemplo, en El juramento de los Horacios, el estilo austero y heroico de David refleja su convencimiento de la finalidad ética del arte. Sus temas eran pretexto para lecciones de moral y de virtud. El gesto heroico hasta la exageración, las poses inspiradas de la escultura antigua, la gama cromática sobria y equilibrada, así como la austeridad de las decoraciones arquitecturales acentúan el contenido moral de los temas históricos

            David fue el pintor que quiso expresar la profunda necesidad de un cambio de conducta en la Francia prerrevolucionaria y más tarde celebró la imagen republicana de la Revolución, ponía ahora su talento al servicio del emperador.

            A lo largo de su carrera David fue muy apreciado también por sus retratos. Aunque el artista se hizo célebre gracias a sus grandes telas que escenifican relatos heroicos sacados de la Antigüedad, entre sus más bellas obras, figuran también los retratos de sus contemporáneos, en los cuales el artista demuestra su gran capacidad psicológica. El extremo realismo de los personajes se acompaña de una composición rigurosa, de una gama cromática controlada y de un discreto toque de estilo neoclásico.

            Juliette Recamier, la modelo de este retrato, fue uno de los personajes más conocidos del París revolucionario. Con veintitrés años posó para este cuadro. Su belleza sedujo a toda la galantería masculina de la capital, aunque ninguno pudo jactarse de haber conseguido ser su amante.

            Juliette encargó su retrato a David y simultáneamente a uno de sus discípulos, Gérard. Sus retratos, por otra parte, son muy numerosos, encargados a diferentes artistas. David tenía fama como revolucionario, amigo de los grandes (Marat, Robespierre, Napoleón), lo que le daba una aire peligroso. Madame Recamier acudía a las sesiones en secreto. Tal vez por ello el ambiente en el que está retratada es discreto, ,tan sólo aparecen el diván y la lámpara. David eligió para ella una pose que fue imitada hasta la saciedad posteriormente.

            Los elementos secundarios se los encargó a su discípulo, Ingres, que más tarde los empleará en sus propios retratos. Madame Recamier va vestida y peinada a la moda “imperio”, que recupera los ideales griegos: peinado de bucles alrededor del rostro, vestido-túnica de talle muy alto, y descalza, lo que era toda una provocación sensual. A esta distinguida dama le disgustaba la pose que había de mantener durante largo tiempo. Tanto es así que sus quejas terminaron por provocar al maestro que indignado abandonó el lienzo sin terminarlo. Ignoramos qué elementos más habrían de aparecer en el lienzo pero indudablemente no pueden añadir nada a la elocuente simplicidad de este hermosísimo retrato. Esta sobriedad y sencillez a la manera de la antigüedad, que en el pasado pudo entenderse como revolucionario, era en 1800 tan sólo una moda o estilo más.

            En este cuadro, Jacques-Louis David, pintor francés e introductor del neoclasicismo en Francia, la retrata con un sencillo vestido de tipo helénico, recostada en un diván o triclinio de los que luego se conocerían como “recamier” y en una habitación desnuda de mobiliario y objetos a excepción de un gran candelabro y un reposapiés. David la retrata como una heroína de la República o protagonista del Imperio, cuando en realidad era opuesta a ambas cosas.

            El cuadro está inacabado a excepción de la cabeza de Juliette pues se cuenta que, a ella, le disgustaba y cansaba la pose que David había elegido para pintarla por lo que este, molesto, decidió abandonar el cuadro. Juliette quería que lo continuase alguno de los discípulos de David.

            El retrato de Madame Recamier prueba que el artista era sensible a la ciencia y también a la belleza femenina de su época. Fascinado por el personaje de Napoleon, éste utilizará la pintura del artista con fines de propaganda política.

            La noble sencillez de este retrato se expresa en la simplicidad del vestido y en la decoración espartana, en la gravedad de la composición, en la rareza neoclásica de la disposición ligeramente en diagonal y en la distancia de la pose de la dama que gira su hombro hacia el espectador. Todos estos elementos, prueban que el neoclasicismo había operado durante mucho tiempo.

JAQUES
LA ALCAZABA 55