miércoles, 30 de enero de 2019


 CERVANTES , SEVILLA Y SU OFICIO DE RECAUDADOR

Alfredo Pastor Ugena
La general admiración por Miguel de Cervantes (1547/1616), uno de los más célebres autores de la Literatura Universal ,no sólo en su faceta de gran escritor, nos hace detenernos en su azarosa vida llena de aventuras.
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Miguel de Cervantes


“Cervantes se va a Roma: partida repentina, ocasionada tal vez, si hemos de dar fe a una provisión real encontrada en el siglo XIX en el Archivo de Simancas, por un duelo, en 1569, en el que resultó herido Antonio de Sigura, un maestro de obras que pasaría más tarde a ocupar el cargo de intendente de las construcciones reales. Los duelos eran una cuestión de honra y honor. Los popularizaron los soldados de los tercios que estaban en Italia. Se llevaban a efecto porque la justici funcionaba muy mal. “Eran como la aplicación de la  justicia por la vía rápida”. Lope de Vega, Quevedo y Calderón se batieron también en duelo en alguna ocasión. Cervantes atribuye a Don Quijote un gran conocimiento de las leyes del duelo.
“A juzgar por el contenido del documento, el culpable -un tal Miguel de Cervantes, estudiante- había huido a Sevilla y era condenado en rebeldía a que le cortaran públicamente la mano derecha y a ser desterrado del reino por diez años. Fuese o no autor de dicha herida, Miguel, quizá recomendado por uno de sus parientes lejanos, el cardenal Gaspar de Cervantes y Gaete, pasa unos meses en Roma, al servicio del joven cardenal Acquaviva, como se infiere de sus posteriores confidencias a Ascanio Colonna, en la dedicatoria a La Galatea la primera de sus novelas (1585), que escribe tras su regreso del cautiverio”; Su última obra, que terminaba el mismo año de su muerte (1616), dedicada al conde de Lemos, fue Los trabajos de Persiles y Segismunda.
“…Juntando a esto el efecto de reverencia que hacían en mi ánimo las cosas que, como en profecía, oí muchas veces decir de V. S. Ilustrísima al cardenal de Aquaviva, siendo yo su camarero en Roma…”].
Después de estar al servicio del  cardenal Acquaviva en Italia, y posteriormente como soldado en la batalla de Lepanto (el 7 de octubre de 1571) , golfo y ciudad situados en la región griega de Peloponeso (donde pierde la movilidad de una mano debido a un arcabuzazo),  y estar cautivo en Argel durante cinco años (1575/1560), fue apresado por berberiscos y liberado por los padres Trinitarios.

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La batalla de Lepanto por Pablo Veronese

Cervantes, un escritor realista que llevó una vida andariega, en la que se mezcló y convivió con toda una serie variopinta de personajes y ambientes, que darán forma inspiradora a los personajes de sus grandes obras. Un hombre singular  que vivió al filo de la navaja.  Sus dificultades económicas, los distintos cargos y empleos por los que pasó, su capacidad para mantenerse en la escasa suerte que tuvo en sus reivindicaciones, le configuraron como un personaje excepcional con un gran imaginario. Era perspicaz y sensible y muy respetuoso con las mujeres
La vida de este gran personaje es tan aventurera y heroica como la de los protagonistas de sus propias novelas. Sólo consiguió oficios ingratos como: abastecedor de trigo, requisando este cereal y aceite o cobrando a deudores y morosos. Fue excomulgado y perseguido, se enfrentó al poder por sus ideas y formas de vivir
Ejerció como recaudador de impuestos, sobre todo en Sevilla, puesto que alcanza en 1547, estando al servicio de la Hacienda Real de su majestad el rey Felipe II y de la Armada Invencible como comisario real de abastos. Es decir tuvo que compaginar su vocación de escritor con las más variopintas situaciones y actividades.



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                                              Sevilla, Plaza de España

Nos vamos a detener en este escenario andaluz y en esta ocupación administrativa de Cervantes por la importancia que tuvo en el desarrollo de su vida. Su actividad consistía en requisar el trigo, aceite y cebada por los pueblos andaluces que visitaba para aprovisionar las naves del “rey prudente”, lo que supuso acumular todo un conjunto de aventuras y desventuras por Andalucía. Desde luego no se trataba de un trabajo agradable puesto que los sufridos agricultores estaban habituados a que la Hacienda Real pagara tarde y mal sus productos.
En este ir y venir por las tierras andaluzas fue acusado de venta ilegal de trigo por lo que sufrió cárcel en Écija, Sevilla y Córdoba de donde era natural su abuelo paterno. Los más estudiosos de Cervantes relacionan este tiempo en prisión con su predisposición a dar forma y a escribir El Quijote, novela a la que personalmente hace esta referencia:” No ha sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías”. El Quijote en una gran novela que todo el mundo conoce pero que no todo el mundo ha leído.
Esta actividad de recaudador, por la que ganaba 4500 maravedíes al año , además de estar dotado de ayudantes, no gozaba de ninguna gratitud salvo la económica.
Su trabajo atrajo la antipatía de muchos campesinos a los que visitaba y obligaba al cumplimiento impositivo, incluso a veces penalizándoles con multas y cárcel cuando no cumplían con sus pagos, yendo incluso casa por casa visitando a los deudores. ”Tanto es así que en aquella época además de las antipatías mencionadas también se ganó  una excomunión dos veces  tras requisar el trigo de algún eclesiástico y una orden de encarcelamiento dictada por un comendador que no consideraba legítimos sus requerimientos”.
Como podemos ver, la vida del Príncipe de los Ingenios está repleta de situaciones pintorescas que hacen incluso más atractivo al personaje histórico. Podríamos aventurarnos a decir que todos esos lances pasados en el desempeño de su trabajo, todas esas situaciones de enfrentamiento directo con  gentes de diferentes pueblos y las muchas noches pasadas en fondas de mala muerte  forman de alguna manera parte de “El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Su actividad recaudatoria le conduce por los pueblos sevillanos de Paradas (1588), Carmona (1588 y 1590), Utrera (1592), Arahal (1592) y Marchena (1588, 1590 y 1592), La Rambla, Castro del Río, Espejo, Cabra Jaén Úbeda, baeza Estepa , Montilla, y en otras villas menores, como La puebla de Cazalla,. Además, documentos inéditos hallados el pasado año por José Cabello Núñez prueban que también visitó en Osuna, Morón y Villamartín (Cádiz).
Su periplo por el sur de España, sin embargo, no fue fácil. Fue acusado de venta ilegal de trigo y encarcelado además de la citada Écija (Sevilla) en Castro del Río (Córdoba), La proyección andaluza en la obra cervantina se manifiesta especialmente en sus Novelas Ejemplares.
Ser recaudador de impuestos en la España del siglo XVII no era tarea fácil, ni poco peligrosa. Cervantes estuvo 13 años ligado a esta actividad “Tras visitar Ronda y Vélez Málaga, depositó una parte de la recaudación en la casa de banca del comerciante Simón Freire en Sevilla,” un truhán moderno y majadero antiguo”. La mala suerte quiso que este banco quebrara y que le fuera imposible a Miguel de Cervantes entregar las sumas obtenidas en la Tesorería. Por este motivo, la Audiencia de Sevilla ordenó que fuera recluido en la Prisión Real en septiembre de 1597. Su cautiverio duró poco tiempo y a finales de ese mismo año obtuvo la libertad bajo fianza. En este punto acabaron los servicios de Miguel de Cervantes a la Hacienda de Felipe II”.(su padre y su abuelo también estuvieron en la cárcel).
“Se dice que es en esta prisión fue donde Cervantes idea “El Quijote”..Por lo que se observa el trabajo de recaudador no sólo era peligroso de por sí dada la hostilidad de la población contra la figura del recaudador Real, sino que incluso podía llegar hasta la responsabilidad personal por actos ajenos.”
Esta cárcel, muy populosa, era un edificio pintado de negro con categorías de unos 2000 presos apelotonados y confundidos. Había un ambiente tremendo y peligroso; un lugar complejo, conflictivo, un mundo aparte.


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Antigua Cárcel Real de Sevilla


Para Rafael López del Paso: “no se puede decir que Cervantes destacara en el campo de la gestión tributaria, pues aquel empleo “autoimpuesto” reservado a un selecto grupo de privilegiados, se convirtió en una fuente permanente de desventuras, desarrolladas, en gran parte, por el sur de España. Lo anterior obviamente no enturbia sus dotes e inmensurable aportación como escritor, e incluso hay quien se atreve a opinar que más bien lo contrario, pues en su ejercicio conoció a gran parte de los personajes que preñan su producción y en una cárcel se engendró su magna obra.
Tanto Andalucía como Sevilla son escenarios muy importantes e influyentes en su obra. Andalucía fue un pasaje vivido, gozado y sufrido por Cervantes. Fue la patria de sus placeres y desengaños donde acaparó un importante material sobre la condición humana que posteriormente incluyó en sus novelas.
Aprendió cómo era la vida en el campo y de sus gentes, sus penurias, la psicología de sus gentes sencillas y humildes, de sus penurias, cuyos prototipos veremos posteriormente reflejados en sus obras. Pernoctaba en múltiples fondas, en ese ir y venir por las tierras andaluzas, trajinando por sus pueblos y caminos, donde acopió muchas experiencias, como en el famoso mesón del Potro, en Córdoba, uno de los grandes centros de la picaresca del S. XVI.
Ciñéndonos un poco más a la presencia de Cervantes en Sevilla, podemos señalar que se instaló en esta ciudad durante seis años, entre 1587 a 1593, en los cuales pasó de ser Comisario Real de Abastos de toda Andalucía a estar encarcelado por abuso de poder y malversación de fondos, como hemos indicado. Precisamente, hoy el busto de nuestro autor está ubicado en la calle Entrecárceles, lugar en el que se encontraba la prisión donde fue reo. Muy cerca de aquí está la célebre calle Sierpes, que cita repetidamente en sus obra, como en Rinconete y Cortadillo, personajes principales de la novela ejemplar del mismo nombre. O también la historia de amor entre Isabela y Ricaredo en La Española Inglesa, tras muchas vicisitudes y contrariedades, logra su final feliz en la ciudad de Sevilla, en las inmediaciones del convento de Santa Paula.
Según Íñigo López, en El Diario- Pasaporteandalucía: “ aunque el hidalgo caballero Don Quijote no pasara de Sierra Morena en sus andanza, las referencias a esta ciudad son múltiples asociadas en su mayoría a la aventura, el poder y la riqueza. Tanto es así que en la segunda parte de la célebre obra hace referencia a uno de los iconos de la ciudad: El Giraldillo. El caballero del Bosque recuerda el encargo de su enamorada: "Una vez me mandó que fuese a desafiar a aquella famosa giganta de Sevilla llamada la Giralda, que es tan valiente y fuerte hecha de bronce, y sin mudarse de un lugar es la más movible y voltaria mujer del mundo. Llegué, vila y vencíle, y hícele estar queda y a raya, porque en más de una semana no soplaron sino vientos nortes”.     


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                       Giralda de Sevilla




Muchos grabados con vistas de Sevilla de los siglos XVI y XVII, ostentan el lema: "Quien no ha visto Sevilla, no ha visto maravilla". Esa es la imagen de la ciudad que difundieron grabadores y viajeros europeos. Era una de las ciudades más abigarradas, efervescentes y dinámicas, y de las más importantes de Europa, receptora de emigración procedentes de muchos países  y de muy diversas etnias. Se trataba de una ciudad cosmopolita a la que llamaban la “Nueva Roma” y la “Nueva Babilonia”. Era el centro del mundo, la puerta y el puerto del oro y la plata que venían de América; una ciudad de contrastes: las grandes riquezas convivían con ladrones y pícaros de todos los tamaños.
En ella floreció un núcleo artístico, científico, religioso y cultural donde concurría el esplendor que generaba la plata americana que arribaba en las bodegas de los galeones de la Flota de Indias, con la sordidez de unos desamparados que malvivían cada día como podían. Cervantes conoció bastante la Sevilla de los bajos fondos, de los pícaros, que plasma, por ejemplo en su citada obra de “Rinconete y Cortadillo”. Se recuerdan las calles donde se asentaban las comunidades de extranjeros: alemanes, francos, genoveses, flamencos… Destaquemos la llamada “Cruz de los Juramentos”, en la fachada meridional de la catedral, que muestra el lugar exacto donde los corredores y tratantes de la Casa de Contratación se juramentaban para cumplir con honestidad las condiciones de sus tratos.

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      Casa de Contratación de Sevilla




 Lo cierto es que desde el establecimiento por los Reyes Católicos en esta ciudad de la Casa de Contratación de Indias en 1503, (establecimiento donde se reunían los comerciantes y se facilitaba la contratación), Sevilla se convirtió en el centre económico de España. a lo que hay que sumar las bodas del emperador Carlos V en 1526,con su prima Isabel de Portugal. Llegó a ser un foco de atracción internacional, de la que Gil González Dávila, todavía en 1647 le denominaba:
"Corte sin Rey. Habitación de Grandes y Poderosos del Reyno y de gran multitud de Gentes y de Naciones ... compuesta de la opulencia y riqueza de dos Mundos, Viejo y Nuevo, que se juntan en sus plazas a conferir y tratar la suma de sus negocios.
Admirable por la felicidad de sus ingenios, templanza de sus aires,
serenidad de su cielo, fertilidad de la tierra..."
La antigua Hispalis se convirtió en una ciudad rica y poblada, católica y apostólica donde había una gran presencia de esclavos, la mayoría procedentes de África ecuatorial. Como apuntaba Cervantes, esta ciudad se parecía a una especie de tablero de ajedrez o juego de damas por su contraste racial. A los esclavos se les marcaba con una S y un clavo en cada mejilla. La Sevilla, en la que vive Cervantes, se había convertido, pues, en un gran centro esclavista y en un centro distribuidor de mano de obra en talleres, pintores y escultores como se puede ver en obras como Los Tres Niños de Murillo. Los esclavos se vendían en las gradas de la catedral, la calle de San Francisco y el Patio de los naranjos preferentemente.
“El siglo XVI es el siglo monumental por excelencia en Sevilla; los más importantes edificios del centro histórico son de esta época: Catedral (terminada en 1506), Lonja/Archivo de Indias (1584-1598), Giralda (campanario y Giraldillo: 1560-1568), Ayuntamiento (1527-1564), Hospital de las Cinco Llagas (1544-1601), iglesia de la Anunciación (1565-1578), Audiencia (1595-1597), la Casa de la Moneda (1585-87).
En ella convivían todo tipo de comerciantes y aventureros, ejerciendo una gran atracción sobre los europeos de la época. Era como la princesa de las ciudades de España. Su entorno se cubrió de posadas, casas de gula (mesones), casas de juegos y prostíbulos. Fue el gran bazar de Occidente y se convirtió en La Meca de los cambistas, fulleros, prostitutas, mendigos, ladrones, maleantes e indigentes. Aquí la riqueza convivía con la miseria. Todas las órdenes religiosas tenían su presencia en la ciudad.
Estaba repleta de oportunidades para unos, y de trampas mortales para los fracasados y miserables, desmesurada masa de pobres, mendigos y pícaros que reptaban por el subsuelo de la abundancia para recoger las migajas que se escabullían de las manos de los exitosos. El principal fracaso de Sevilla fue su propi éxito. Inspiró su propio género negro: la novela picaresca. Asimismo fue fuente del humanismo y de las ideas modernas ya que muchas de ellas germinaron y se desarrollaron allí. La Inquisición tuvo mucho que vigilar y demasiadas mentes que someter. Por cierto fue famoso el inquisidor don Miguel del Carpio, hermano de la madre de  Lope de Vega: ponía un gran entusiasmo en el achicharramiento de herejes, impresionando de tal manera al vulgo de Sevilla que mucho tiempo después se le recordaba diciendo, cuando una cosa estaba muy caliente: ¡quema como Carpio!
Resultado de imagen de elio antonio de nebrijaPor último destacar que Sevilla fue la cuna de grandes personajes como Bartolomé de las Casas (dominico, gran defensor de los indios en América), Elio Antonio de Nebrija (gran humanista autor de la primera gramática española), Arias Montano (gran orador distinguido en el Concilio de Trento)   o Lope de Rueda, al que se considera el precursor del teatro del Siglo de Oro.