domingo, 10 de noviembre de 2013

EL TURISMO CULTURAL UNA REALIDAD EN NUESTRA SOCIEDAD: MADRID E IBEROAMÉRICA.


 Laura Pastor Arranz



No vamos a entrar en discusiones académicas sobre el concepto de turismo cultural ni en sus diversas formas, tan debatidas en numerosos foros, así como en la edición de libros y revistas especializadas.
Hoy en día, el turismo cultural es aceptado por todo el mundo. Las agencias de viajes ofertan sus programas teniendo muy en cuenta esta concepción; diferentes organismos de promoción de las Administraciones Públicas- países, regiones, ciudades- son promocionados como “destinos de turismo cultural “.Los responsables de estos organismos hablan constantemente de potenciarlo, para ello, por ejemplo, se convocan ferias sectoriales de este tipo de turismo.. 
Se realizan tareas específicas tales como la convocatoria de cursos  de especialización en universidades, o se imparten asignaturas en los Grados de turismo o en los de Gestión Cultural, realizándose también investigaciones y tesis bajo este paraguas de formación académica. El turismo cultural es  ya nuevamente una realidad en nuestra sociedad y en concreto en la Comunidad de Madrid.
En nuestro país, podemos decir que el punto de partida como verdadera preocupación y ocupación oficial- no queremos expresar que con anterioridad no existiese o se comercializara el turismo cultural - comienza en el año 2002 con la celebración en la ciudad de Salamanca del” I Congreso Internacional del Turismo Cultural” donde se analizaron desde diversas áreas su situación, así como la presentación de numerosas experiencias
De este Congreso, me parece interesante  destacar esta reflexión ´´ El turismo cultural es un producto delicado. Significa hacer accesible nuestra cultura a públicos muy diversos y especializados, y requiere, por consiguiente, una especial preparación no solo en las técnicas de mercado y de gestión, sino, sobre todo, en valores y contenidos que incluye y transmite. Con ellos tenemos que crear una marca específica que nos distinga y nos haga más competitivos.´´ ( palabras de  Don Juan Carlos I en su inauguración).
El turismo cultural español- y en concreto el de la Comunidad de Masdrid-- se organiza y se abre a los mercados nacionales e internacionales todavía quizás de forma algo ralentizada. En este sentido nos queda ,pues, un largo camino por recorrer.

Por primera vez el Gobierno desarrolla el”'Plan de Promoción Internacional del Turismo Cultural 2010-2012” que realizan conjuntamente los Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación y Ministerio de Cultura. Una oportunidad para posicionarse en los mercados internacionales, compitiendo con otros países que llevan años actuando en estos mercados para atraer las corrientes de viajeros y turistas interesados por cultura
Con los avances que ha logrado el turismo a nivel mundial, y que parte de este desarrollo ha sido producto del estudio analítico de la sociedad, existe el compromiso de seguir tomándola en cuenta en su contexto, respetando idiosincrasias y puntos de vista, así como el fomento de políticas y expectativas de los gobiernos que vengan a favorecer el desarrollo de esta actividad tan importante en el desarrollo de los pueblos.
El turismo cultural se convierte, en este contexto, en una de las tipologías turísticas que, como reconoce la OMT (2002), “está aumentando con mayor rapidez que la mayoría de los segmentos del turismo y, sin lugar a dudas, que la tasa de crecimiento del turismo en todo el mundo”, hasta el punto- señala- de que “los destinos que ofrezcan programas turísticos culturales estarán en una posición de ventaja respecto a los destinos que consideran el marketing del turismo desde una perspectiva tradicional”. En este sentido, la propia OMT ha estimado en un 37 por 100 los viajes que tienen algún componente cultural, con una evidente progresión. En España este porcentaje no  llega al 10%.
No cabe duda de que los conceptos de ocio y turismo cultural han influenciado intensamente en la necesidad de adoptar nuevas posturas y consideraciones frente al patrimonio cultural y su gestión.
La aparición de grandes masas de consumidores de ocio cultural, y de grandes flujos de turistas culturales, con sus consiguientes efectos negativos y positivos sobre el patrimonio, han forzado un proceso de reflexión que aún no ha terminado, y en el que tampoco están aún escritas, ni mucho menos, todas las respuestas sobre los temas palpitantes de la gestión turística del patrimonio cultural.
Podría decirse que hoy todos los estamentos administrativos e institucionales que tienen algo que ver con la conservación o la gestión del patrimonio cultural, tienen entre sus principales preocupaciones el qué hacer con los flujos de visitantes y turistas, y cómo rentabilizarlos más adecuadamente, según los casos, o cómo captarlos y retenerlos.
            El patrimonio cultural-en cuyo seno los museos son un aspecto esencial-es cada vez más amplio y actual. Ya no está formado solamente por aquellas obras que poseen un alto valor estético, simbólico o artístico sobradamente reconocido, sino por cualquier manifestación o rasgo propios del grupo que los crea o identifica. Así se reconocen también como patrimonio los testimonios inmateriales o intangibles: tradiciones, usos y costumbres, cuentos, tradiciones orales, etc. Es decir la “cultura intangible” es una motivación importante para los productos de turismo cultural.
Desde esta nueva perspectiva se tiende a superar la actitud de mero conservacionismo físico, adoptando modelos de conservación integrada a través del conocimiento, uso y disfrute del patrimonio por parte de toda la sociedad. La clave sería aquí “disfrutar conservando“. En este aspecto, se insiste mucho en la socialización del patrimonio dentro de estos esquemas de gestión: los modelos de gestión no deben ser, en ningún caso, excluyentes de las capas sociales más desfavorecidas, incluso en los aspectos netamente turísticos.
El turismo cultural también se socializa y se subvenciona desde las administraciones públicas, y los ejemplos en España y Europa son innumerables.
 Desde estos planteamientos, el individuo y la sociedad deben participar activamente en este proceso, o lo que es lo mismo: si se asume que el patrimonio es todo lo que “un colectivo crea y en lo que se reconoce y sobre lo que además, adopta una actitud consciente y provechosa” (Consejería de Cultura, 1996), aquellos elementos que no estén al servicio de la sociedad pierden su función patrimonial.
 Se abre así todo un abanico de posibilidades alrededor de la nueva noción de uso del patrimonio cultural que se concretan en la definición de estrategias encaminadas a favorecer su comunicación, explotación y exposición.
El patrimonio deja de contemplarse como una carga que genera gasto y se posiciona como un recurso asociado al desarrollo cultural, social, educativo y económico. Y, en este marco, es lógico que las políticas de gestión del patrimonio más vanguardistas pongan mayor énfasis en incorporar actividades que complementen las de preservación, arbitrando acciones de promoción y desarrollo compatibles con su conservación.
            En definitiva, la consideración del patrimonio cultural como un recurso productivo se plantea en la actualidad desde dos perspectivas básicas: a) el impacto económico generado por las denominadas industrias culturales y algunas instituciones netamente patrimoniales, y b) el que producen los efectos de mercado derivados del desarrollo de actividades de turismo y ocio basadas en recursos del patrimonio..
El sector turístico, además de la importancia económica que conlleva, tiene una influencia decisiva tanto en el conocimiento, difusión y conservación del patrimonio mundial, como en la vida diaria de muchos colectivos sociales, no sólo por los resultados positivos que el turismo produce en el patrimonio cultural, sino  también por los efectos económicos, sociales y culturales.
En nuestro caso, Madrid presenta para Iberoamérica un marco inigualable de turismo cultural por la riqueza de su patrimonio histórico y cultural. Enclaves importantes, por ejemplo, son los museos, como el de América.
Estrechar la relación entre  el turismo cultural  y los museos madrileños es una excelente perspectiva  para poner de relieve el papel y la importancia que los museos pueden desempeñar en el fomento del turismo cultural sostenible-en este caso hacia el mundo iberoamericano- ya que pensamos que los museos son depositarios  de patrimonios importantes de los pueblos, motivación esencial para atraer, fijar y envolver el interés del turista por ese patrimonio y por la cultura en general.
En este sentido, Guillermo Solana, director artístico del Thyssen, explicaba recientemente en declaraciones a TVE: "Los museos han pasado de ser custodios de las colecciones a ser instituciones obsesionadas sobre todo por el público y ahora la tentación para los museos es lanzarse a tumba abierta a competir con la industria del entretenimiento".
            También en relación con Iberoamérica, recursos como la toponimia de las calles y monumentos de Madrid son un poderoso atractivo lleno de  afectividad para estos visitantes que se identifican con ellos: Plaza del Perú, Avenida de América, monumento al presidente Cárdenas de México, etc. Esto nos indica que un objetivo fundamental de la gestión del patrimonio consiste en comunicar su significado y la necesidad de su conservación tanto a la comunidad anfitriona como a los visitantes.

El acceso físico, intelectual y/o emotivo, sensato y bien gestionado a los bienes del patrimonio, así como el acceso al desarrollo cultural, constituyen al mismo tiempo un derecho y un privilegio.

Madrid debe ser un ejemplo, en este sentido, para cualquier País o visitante particular y  especialmente, para los iberoamericanos que viven en esta Comunidad  o la visitan temporalmente .De ahí que debamos reforzar la idea de que el turismo sigue siendo uno de los medios más importantes para el intercambio cultural, ofreciendo una experiencia personal, no sólo acerca de lo que pervive del pasado, sino de la vida actual

El turismo madrileño, en general, pensamos  que debe y puede captar los aspectos económicos del Patrimonio y aprovecharlos para su conservación generando fondos, educando a la comunidad e influyendo en su política.

Se pueden descubrir numerosas oportunidades y posibilidades conociendo la valiosa interacción existente entre las inclinaciones y expectativas de los visitantes, y las aspiraciones y deseos de las comunidades anfitrionas o locales. Pensamos que el patrimonio cultural- en este caso el de Madrid - su diversidad y la cultura que lo conforman constituye el máximo atractivo  de su turismo.

Debemos considerar también con firmeza que el turismo mal gestionado con cortedad de miras, así como el turismo considerado como simple crecimiento, pueden poner en peligro la naturaleza cultural, su integridad y sus características identificativas.

El turismo debería aportar beneficios a la comunidad anfitriona y proporcionar importantes medios y motivaciones para cuidar y mantener su patrimonio y sus tradiciones vivas.

Los programas de conservación del Patrimonio y los del turismo, deberían ofrecer contenidos de máxima calidad para optimizar la comprensión del visitante a cerca de sus características más significativas y la necesidad de su protección, haciéndole capaz de disfrutar adecuadamente de su visita.

LA CULTURA Y SU VALOR EN IBEROAMERICA.

 Alfredo Pastor Ugena


Sabemos que la cultura está articulada por el entramado de nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras formas de relación y de comunicación, nuestra creatividad y la expresión de nuestro ser. Podríamos decir que la cultura- en sentido amplio- asigna identidad a nuestra vida individual y colectiva.

            Es preciso, por tanto, situar la cultura en el centro de los debates sociales, fortalecer sus expresiones y hacer partícipes a todos los ciudadanos de su riqueza. La cultura no es sólo patrimonio del pasado, sino un sistema  vivo y dinámico que se recrea constantemente.
            Cada sociedad, cada pueblo, cada grupo cultural debe sentirse respaldado y reconocido en lo que más valoran de su historia, de sus visiones del mundo, de sus tradiciones y de sus expresiones, es decir de su cultura.
            En el caso de Iberoamérica, dotada de la riqueza de los desafíos de su diversidad cultural, sus culturas reflejan esa multiplicidad, fruto de los avatares de su historia y de los recursos de su inteligencia y de su imaginación.
            La diversidad cultural iberoamericana se manifiesta no sólo en las diferentes formas en que se expresa, enriquece y transmite su patrimonio cultural, sino también mediante la variedad de sus expresiones culturales que afloran a través de los distintos modos de creación artística, producción, difusión, distribución y disfrute de las expresiones más genuinas de su patrimonio.
            ¿Existe Iberoamérica como patrimonio cultural diferenciable? La personalidad iberoamericana es indígena, africana, mulata, mestiza y, a través de la Península Ibérica, mediterránea, griega, latina, árabe, judía, cristiana y laica. Todo ello hace que Iberoamérica sea un espacio privilegiado extenso y diferenciado para dialogar con los demás, que nunca serán los que sobran-las minorías- sino los que aún  son capaces de sentirse unidos: los demás.
            Conocemos que a lo largo de los siglos, los países iberoamericanos han tejido una red de lazos de sangre, lenguas, expresiones, narraciones, credos, valores e historias compartidas que fortalecen su identidad y les posibilita un lugar privilegiado en el mundo.
            Esa riqueza, sin embargo, se enfrenta con serias dificultades para extenderse a todos los pueblos y llegar a la propia vida de las personas. La pobreza, en muchas ocasiones extrema, las profundas desigualdades , la marginación de lenguas y culturas, de los pueblos originarios y afrodescendientes, así como la escasez de recursos públicos y privados para apoyar el desarrollo, el acceso y participación de todos en los bienes económicos , sociales y culturales, limitan enormemente el futuro de su patrimonio primordial.
            Sin embargo, hoy nos encontramos ante un momento histórico inmejorable. En 2009 y 2010 se inició para la gran mayoría de los países iberoamericanos la celebración de los Bicentenarios de su independencia. Una conmemoración que habrá de extenderse hasta 2011. Es, pues, una etapa que estará atravesada por el reencuentro con las raíces culturales de los pueblos y por el planteamiento de acciones concretas que permitan hacer frente a los retos históricos.
            En este sentido, no debemos olvidar el apoyo de la UNESCO a estas directrices en su Declaración Universal de la Diversidad Cultural y en la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, donde se defiende de forma nítida la diversidad cultural como patrimonio de la Humanidad.
                        El espacio geográfico más aproximado que conocemos como Iberoamérica está poblado por unos 564 millones de habitantes-casi la décima parte de la población mundial-, en un territorio de 22 millones de km2- casi un quinto de la superficie terrestre- con la fortuna de compartir dos lenguas mayoritariamente nacidas de la misma matriz latina-el español y el portugués- , y de mantener muchas más, expresión de la presencia y de la riqueza cultural de los grupos originarios de esas sociedades.
            Podemos afirmar que Iberoamérica tiene una formidable cantera de recursos humanos, de memoria histórica y patrimonial, de bienes culturales ancestrales, y otros actuales en incesante y masiva producción, de creatividad e imaginario incalculables. Se trata de una comunidad con una tradición compartida, fundamentada para un posible y esperanzador futuro común, y una identidad que, aunque multifacético, la diferencian de las otras grandes comunidades culturales.
            Es obvio que la cultura iberoamericana –como todas las demás-está inserta en una sociedad tecnológica y globalizada, navegando entre pobreza y desigualdad. Estas se manifiestan también en el retraso educativo de amplios sectores de la población, reproduciendo las diferencias existentes entre los más pobres y los más ricos. Basta señalar que existen cerca de 34 millones de personas analfabetas, lo que supone casi el 10%  de la población. Y que la cifra de jóvenes y adultos que no han culminado la educación primaria, se sitúa cerca de los 100 millones de personas.
            En este proceso, el reconocimiento creciente de la libertades y los derechos culturales como nueva dimensión de los derechos fundamentales, debe ser valorado como una respuesta positiva frente a las restricciones, exclusiones y discriminaciones relacionadas con las creencias religiosas, la lengua materna, los modos de vida, el color de la piel, las características regionales, los orígenes nacionales o la pertenencia a una determinada etnia.
            En una sociedad con índices de desigualdad tan extremos compila iberoamericana, la formación de ciudadanos libre cultos y solidarios, debe ser establecida como una de las estrategias principales que puedan contribuir, por el compromiso colectivo de los diferentes sectores sociales, a superar la pobreza, la marginación y la inequidad. Y, en estrecha correspondencia, no se puede desarrollar una educación capaza de cumplir estos objetivos si no se incorporan en las escuelas de forma activa, participativa e innovadora la claves de la cultura de nuestro tiempo, en las que el pasado está siempre presente.
            Podemos preguntarnos cuáles son los problemas pendientes de la cultura iberoamericana. En primer lugar destacamos la desigualdad. La cultura iberoamericana está dañada por ella. Las muy ricas y valoradas expresiones culturales no están a disposición de todos, ni posibilitan a muchos creadores individuales y colectivos salir de la pobreza. La cultura no alcanza a convertirse en factor de desarrollo y de participación ciudadana. Además falta una valoración real de la propia diversidad: la diferencia suele ser fuente de desigualdad.
            Entre los documentos que defiendan en la actualidad  la cultura iberoamericana, se encuentra la Carta Cultural Iberoamericana cuyos ejes vertebradotes se sitúan en os derechos culturales, el patrimonio cultural y natural, material e inmaterial, las industrias culturales y los vínculos entre la cultura y el desarrollo, la educación y la formación, la innovación, la economía, el empleo, el medio ambiente, el turismo, la ciencia, la tecnología y los medios de comunicación.
            La Carta Cultural compromete a los gobernantes a adoptar medidas políticas, leyes, resoluciones administrativas que posibilitan alcanzar los fines que la carta postula: tienen que obligarse a afirmar el valor central de la cultura, han de promover la diversidad cultural, tienen que consolidar el espacio cultural iberoamericano y han de facilitar el intercambio de bienes y servicios.
            Dos conceptos básicos la sustentan :la idea de que la diversidad cultural es una condición fundamental de la existencia humana y de que sus expresiones constituyen un factor clave para el avance y el bienestar de la Humanidad y, por tanto, del espacio cultural iberoamericano. Y la convicción, en segundo lugar, de que es posible construir nuevos modos-horizontales, estrategias e igualitarios- de entender la cooperación entre los pueblos, las naciones y los gobiernos.
De la confluencia de ambos se concluye que la diversidad cultural en la región iberoamericana debe ser promovida, ejercida y practicada desde la cooperación, entendida como expresión de la voluntad política de construir y de reafirmar una comunidad de naciones que compartan una historia, unas lenguas y una cultura común.
La Carta Cultural Iberoamericana fue aprobada de forma unánime en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Montevideo en 2006.
Iberoamérica ha sido y es una idea por construir , y a la vez una comunidad efectiva con sustento histórico plena de desafíos.

domingo, 3 de noviembre de 2013

ISABEL I LA CATÓLICA Y SU HEREDERO EL PRÍNCIPE JUAN. .“(…) quien hubiera sido Juan III, el primer rey de España (…)”


ALFREDO PASTOR UGENA
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ISABEL I LA CATÓLICA Y SU HEREDERO EL PRÍNCIPE JUAN.

                 .“(…) quien hubiera sido Juan III, el primer rey de España (…)”



                                                                                   
     
     
               El cuadro de La Virgen de los Reyes Católicos ,que ilustra la portada de este libro, fue pintado entre 1491 y 1493. Se trata de un temple sobre tabla de 123 x 112 cms y su fecha se establece hacia 1490. Esta obra sintetiza a la perfección la simbiosis entre pintura flamenca y patrocinio real. La composición es similar a la de una sacra conversazione, en una estancia con ventanas que dejan ver un paisaje con características convencionales propias del estilo flamenco. Su  autor ,anónimo, es  conocido como Maestro de la Virgen de los Reyes Católicos. La obra es un ejemplo del goticismo imperante en la pintura de la época.
En su ubicación original se guardaba en el oratorio del cuarto real del monasterio de Santo Tomás de Ávila. La desamortización de 1836 produjo su traslado al Museo de la Trinidad y luego a lo que sería el Museo del Prado donde se encuentra actualmente.
            En el cuadro se representan arrodillados los donantes. A la izquierda de la composición  aparece el Príncipe don Juan, al lado del Rey don Fernando. Enfrente de ellos advertimos la presencia de la Reina Isabel I (con aspecto joven y resaltando en tamaño ligeramente por encima de sus acompañantes y marido, dejando claro que es la reina de Castilla) y de la Princesa Isabel.
El Príncipe, joven heredero sobre el que está puesto en este momento el destino de la unión dinástica, aparece de rodillas, en actitud orante, y con las manos juntas, algo infantilizado. Sus facciones son bastante distintas a las esculpidas por Domenico Fancelli en su sepulcro del Convento de Santo Tomás de Ávila.

En la parte superior aparece representada en un trono la Virgen con el Niño. En un plano inferior, de pie, observamos a  dos santos. A la derecha del cuadro, con el hábito dominico, aparece Santo Domingo de Guzmán , fundador de la Orden Dominica (con un libro, por ser doctor de la Iglesia y un lirio, como símbolo iconográfico de la Virgen, dada su particular devoción mariana). A la izquierda aparece Santo Tomás de Aquino  el titular de la advocación del monasterio (con un libro, por ser también doctor de la Iglesia, y con la maqueta del edificio). El suelo de baldosas, la tarima sobre la que se halla el trono de la Virgen, los reclinatorios de los Reyes y las ventanas, nos presentan una perspectiva algo forzada.




La reina Isabel I de Castilla, conocida como “La Católica”(1451-1504) madre, reina, estadista , mecenas de artistas y escritores, vivió entre finales Edad Media y el umbral de la modernidad renacentista. Fue una mujer que se adelantó a su tiempo. Es posible que no naciera para ser reina pero sí demostró a lo largo de su vida que había nacido para reinar.. Fue una persona siempre comprometida con los ideales espirituales, culturales y humanísticos. Ella se había encontrado con una Castilla desmembrada, en apuros, y la devolvía a sus sucesores como la espina dorsal de un imperio, el primer imperio de la Edad Moderna.
Contrajo matrimonio (19 de octubre de 1469), con el que sería Fernando II de Aragón (1452-1516) recibiendo ambos el título pontificio de Reyes Católicos. Ambos monarcas hicieron posible la Unión de Reinos logrando una monarquía autoritaria, hispánica, nacionalista y dual, creando en la Península uno de los primeros Estados modernos de Europa.
Los Reyes Católicos no crean una España unificada pero la doble monarquía no es tampoco una simple unión personal. Con ellos España se convierte en ámbito político y toma una forma original que se  conservará por lo menos hasta principios del siglo XVIII.
Su único varón, su heredero, el Príncipe Juan de Trastámara y Trastámara (nació en Sevilla en 1478), casado con Margarita de Austria, pudo haber sido el rey de Aragón, Castilla, y Navarra, “el primer rey de España”, pero murió prematuramente en Salamanca en 1497, a los diecinueve años: el viento de la muerte se llevaba la Casa de Trastámara, forjadora de la unidad nacional El futuro de España cambiaba por completo. Para el pueblo llano fue el Príncipe que “murió de amor”. Era la esperanza de España a la manera de un príncipe del Renacimiento. La Reina Isabel I nunca se recuperó de la muerte de su hijo.
Estos y otros acontecimientos, como el análisis de  la coyuntura histórica en la que vivió el Príncipe, la situación política tras la muerte de la Reina Isabel o el advenimiento de la dinastía extranjera. de los Habsburgo, son analizados por el autor con  un estilo  claro y didáctico,  utilizando un amplio bagaje de fuentes bibliográficas y documentales.






sábado, 2 de noviembre de 2013

GUANAJUATO:  CIUDAD MÁGICA LLENA  DE PATRIMONIO


Alfredo Pastor Ugena
Presidente de la Academia Iberoamericana de Escritores y Periodistas

              Guanajuato es uno de los 31 estados que junto con el Distrito Federal conforman las 32 entidades federativas de México. Limita al oeste con el estado de Jalisco, al norte con Zacatecas y San Luis Potosí, al este con el Estado de Querétaro y al sur el Estado de Michoacán. Tiene una extensión territorial de 30.491 km2. Por esta extensión ocupa el vigésimo segundo lugar entre las entidades del país. Si se compara su extensión con la de otras entidades, Guanajuato cabe ocho veces en Chihuahua y es siete veces más grande que Tlaxcala. El estado de Guanajuato cuenta con 46 municipios.
                 La capital del estado es la ciudad homónima: Guanajuato. Tiene una extensión patrimonial de 22 Kms cuadrados. Aparece y crece esta ciudad al lado de las minas en el contexto de una topografía agresiva: en los S. XVIII y XIX fue la primera exportadora de plata del mundo.
Los nativos de la ciudad de Guanajuato están orgullosos de tener una ciudad primero para el disfrute de ellos mismos y luego también para los visitantes. Una amplia red de túneles circunvalan la ciudad, escavados en la piedra.
                Guanajuato es el principal centro turístico de la región, nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO hace 20 años, es una de las principales joyas coloniales de México.Ser la principal Ciudad Colonial del País la ha merecido varios títulos en su historia, es Capital Cervantina de América, Capital Mundial del Patrimonio Cultural, Cuna Iberoamericana del Quijote, Ciudad Luz y sede del acontecimiento artístico más importante de Latinoamérica, El Festival Internacional Cervantino. Cuenta en su haber con 20 importantes museos, y fue pieza clave en la Independencia de México, ya que la primera batalla en la lucha independendentista, se libró en la famosa Alhondiga de Granaditas.
            Culturalmente destacamos este año de 2013, la celebración del 42 festival-dentro de la programación de la celebración de actos sobre El Quijote- festival cervantino, en la célebre plaza de San Roque. En ella nacieron el gran muralista Diego Rivera y el cantante Jorge Negrete  o el también cantante José Alfredo Jiménez




            Según estudios recientes, pudieron han sido  los chupícuaros los primeros habitantes de esta región. A la llegada de los españoles, los purépechas, los otomíes y los chichimecas eran los grupos que habitaban la región.
            Guanajuato fue la cuna de uno de los acontecimientos más relevantes de  la historia estatal y nacional: fue el ocurrido la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en un pequeño pueblo de Los Altos, llamado Dolores (hoy Dolores Hidalgo, Cuna de la Independencia Nacional), donde el cura Miguel Hidalgo y sus seguidores independentistas se levantaron en armas contra el régimen virreinal, lanzando el famoso Grito de Dolores. Siendo éste, el Padre de la Patria, hijo guanajuatense también, pues nació en Pénjamo. Ya consumada la independencia iniciada por Miguel Hidalgo, el territorio se convirtió en un estado libre y soberano por decreto del 3 de febrero de 1824.




Ciudad de Guanajuato, capital del Estado: la ciudad colonial más bella de México
            Declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1988, Guanajuato es una de las ciudades más pintorescas de México. Sus callejones laberínticos y empedrados, sus plazoletas, los colores de sus fachadas, su extraña topografía, sus escalinatas y su animado ambiente remontan a los visitantes a un mundo aparte.
            Capital del estado del mismo nombre, Guanajuato surgió en el siglo XVI cuando se encontraron en el subsuelo ricas vetas de oro y plata. Así, la ciudad fue creciendo en torno a esta actividad y se convirtió en el centro minero más importante de la Colonia.
            Ser la principal Ciudad Colonial del País la ha merecido varios títulos en su historia, es Capital Cervantina de América, Capital Mundial del Patrimonio Cultural, Cuna Iberoamericana del Quijote, Ciudad Luz y sede del acontecimiento artístico más importante de Latinoamérica, El Festival Internacional Cervantino. La industraliazción actual hace que se le conozca como la Detroit mexivana or su importante industria automovilística.
            Cuenta en su haber con 20 importantes museos, y fue pieza clave en la Independencia de México, ya que la primera batalla en la lucha independendentista, se libró en la famosa Alhondiga de Granaditas.
            La ciudad de Guanajuato, fundada en 1557, es sin duda una de las más hermosas de todo el país y aún de América. Antigua ciudad minera construida en un valle, la capital se extiende por los cerros que la rodean, ofreciendo un paisaje irregular y pintoresco.
            Durante la Guerra de Independencia, esta ciudad jugó un papel determinante, junto con poblaciones vecinas como Dolores Hidalgo, donde el cura Hidalgo pronunció el Grito de Independencia. Guanajuato llegó a ser la capital del país a principios de 1858, durante el primer periodo presidencial de Benito Juárez; y en tiempos de Porfirio Díaz se erigieron algunos de los edificios más notables, como el elegante Teatro Juárez y el Palacio Legislativo, así como obras de infraestructura hidráulica y monumentos.
            Actualmente todavía hay actividad minera en Guanajuato aunque ha perdido fuerza y le ganan en importancia la industria manufacturera o el turismo. Su celebración más notable, el Festival Internacional Cervantino, atrae cada a año a miles de artistas y espectadores de todo el mundo
            La ciudad está animada de una tremenda actividad, tanto de día como de noche con sus restaurantes de cocina regional, nacional e internacional, sus bares y discotecas. Guanajuato tiene varios hoteles magníficos para todo presupuesto y una variedad de servicios turísticos. Su encanto antiguo y su importante vida cultural hacen de Guanajuato una de los mejores destinos para los turistas tanto nacionales como extranjeros.




            En el  centro de la ciudad podemos gozar de la belleza del Jardín Unión: lugar muy animado y agradable. Es el lugar ideal para pasear, comer en una terraza, escuchar música, comprar artesanías o simplemente pasar un rato placentero.



            Lugares destacados en esta maravillosa ciudad son: La basílica de Nuestra señora de Guanajuato, construida al final del siglo XVII. Destacar asimismo el templo de San Diego data del siglo XVIII. Situado en el centro de Guanajuato,    Plaza de la Paz. Es la plaza principal y en ella se encuentran edificios notables de distintas épocas: la Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato, de finales del siglo XVII que reúne elementos de estilos diferentes, como barroco, neoclásico y churrigueresco. ; el Palacio Legislativo, de tiempos de Don Porfirio; y el Palacio del Conde Rul y Valencia, de principios del siglo XIX.
            El teatro Juárez es una de las joyas arquitectónicas de Guanajuato, tanto por su interior como por su exterior. Está coronado de ocho grandes estatuas de bronce que representan a las musas de la mitología griega. En este lugar se presentan espectáculos variados (artistas locales, internacionales, musicales, etc.).Este bonito recinto ostenta sobre el pórtico de la fachada, las estatuas de las ocho musas. Está frente al Jardín Unión, uno de los espacios más acogedores de la ciudad. A un lado del teatro destaca el Templo de San Diego que se distingue por su portada muy detallada.
            La Valenciana, Iglesia que se construyó junto a la mina del mismo nombre; tiene una impresionante fachada churrigueresca del siglo XVIII
            En Guanajuato los callejones están tan estrechos que los balcones de las casas casi se juntan arriba de los paseantes. Eso dio vida a la leyenda del Callejón del Beso, que los habitantes locales les contarán con gusto. Se dice que si los enamorados que visitan Guanajuato se besan en el tercer escalón, su amor durará por siempre. Este estrecho callejón separa por apenas 70 cm los balcones de dos casonas, en torno a las cuales corren diversas leyendas de amor prohibido.
            Es en la Plaza de San Roque, donde está el templo del mismo nombre,  tiene su origen el famoso Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, hace más de 60 años, cuando un grupo de estudiantes empezó a hacer cortas representaciones teatrales. Estos eventos evolucionaron enseguida hacia el "Cervantino" que acontece cada año en el mes de octubre en la capital. Durante este periodo de festividades, la ciudad se llena con miles de turistas provenientes de todos lugares para ver los numerosos espectáculos que se desarrollan en las plazas pública
      Destaca también por su evocación epopéyica uno de los episodios más importantes de la Guerra de Independencia mexicana aconteció en Guanajuato. El 28 de septiembre de 1810, los Insurgentes tomaron la Alhóndiga de Granaditas, donde los españoles se habían refugiado. La victoria fue posible gracias a Juan José de los Reyes, "El Pípila", quien, incendiando una de las puertas permitió a los Insurgentes penetrar al edificio. Es también en este lugar, en 1811, que las cabezas de los jefes mismos de la Independencia fueron expuestas después de su ejecución.
            Destacamos asimismo el mercado de Hidalgo famoso además de su interés arquitectónico, que ofrece entre otras cosas la posibilidad de comprar artesanías y dulces típicos de la región.
        El Festival Internacional Cervantino es, sin duda, el festival más famoso del Estado y probablemente  el evento artístico mexicano más conocido a nivel mundial. Desde 1972 se realiza cada año a finales de octubre e incluye decenas de representaciones musicales y teatrales, así como manifestaciones artísticas y literarias que se desarrollan en calles, plazas y edificios públicos. Atrae a artistas de primer nivel e invitados de todo el mundo.



¿Qué decir de los Museos de Guanajuato? Guanajuato es un lugar cultural. Muestra de ello, son sus museos Tenemos, entre otros:

Museo Iconográfico De El Quijote: Colección de obras de arte en honor a los famosos personajes de Cervantes: Don Quijote y Sancho Panza. 
Museo Regional de Guanajuato: Ubicado en la Alhóndiga de Granaditas, trata de la historia de Guanajuato. 
Museo de las Momias: Más de cien cuerpos conservados por los materiales del suelo del panteón de donde provienen los muertos. Se exhiben momias de hombres, mujeres, bebés...
Museo Casa Diego Rivera : Casa donde nació el famoso pintor Diego Rivera. Se puede ver una reconstrucción de época de la casa familiar y obras del pintor.
Museo del Pueblo de Guanajuato: Colección de obras de arte de los siglos XVIII y XIX.
Museo de Mineralogia: Muestras de minerales diversos.
Mención especial merece también el afamado Museo de las Momias.

            Esta ciudad también llena de innumerables leyendas, las mismas que se pueden disfrutar en la Casa de las Leyendas, en donde por medio de animación, efectos visuales, luz y sonido, en reproducciones a escala y tamaño natural se da vida a estos relatos, mientras que en la Casa de la Tía Aura, antigua casona donde se muestran en sus habitaciones y sótanos, relatos de espíritus que se niegan a abandonar este mundo, personas enterradas en los muros, almas torturas en instrumentos de la inquisición, interpretados por medio de figuras animadas y efectos especiales.


¡Guanjuato, PATRIMONIO D LA HUMANIDAD DESDE 1988 bien merece una visita!

viernes, 1 de noviembre de 2013

LA AGRUPACIÓN SOCIALISTA MADRILEÑA (1879.1939)


Alfredo Pastor Ugena








                Los comienzos del movimiento obrero en España

            Durante la construcción del Estado liberal (1833-1875) se  produjo en España el arranque del movimiento obrero. El principal rasgo de este período es la paulatina desaparición de la sociedad estamental y su sustitución por una sociedad de clases basada en el derecho de propiedad y en la igualdad ante la ley. Esta nueva sociedad  aumentó la movilidad social, bien por el éxito en los negocios, en la carrera administrativa o en la militar.
            Se estructuró un nuevo grupo social dominante configurado por la alta burguesía (empresarios textiles catalanes, financieros madrileños y vascos...), la oligarquía terrateniente propietaria de grandes latifundios, especialmente en la España meridional, los altos cargos del estado y el ejército.
            Por debajo emergieron unas clases medias urbanas no demasiado numerosas: pequeños propietarios rurales y urbanos, oficiales del ejército, funcionarios, médicos, profesores y ciertas profesiones liberales .
            La población campesina, bastante heterogénea, era la mayoritaria en España: propietarios, arrendatarios y jornaleros sin tierra que conformaban más de la mitad de la población rural.
            Por último, ligada a la débil industrialización, se configuró un pequeño grupo de obreros industriales. La débil y muy localizada industrialización española explica la debilidad del movimiento obrero hasta el sexenio democrático. Se calcula que en 1860 había en torno a ciento cincuenta mil  obreros industriales en el país, más de la mitad de los cuales vivían en Cataluña.
            Desde la década de 1830 nacieron algunas asociaciones, como las sociedades de auxilio mutuo.Se produjeron algunas protestas de carácter ludita, como los conflictos en 1835 en la fábrica “El Vapor” en Barcelona, o las protestas contra las “selfactinas” en 1854. Estas primeras manifestaciones del movimiento obrero fueron duramente reprimidas por los gobiernos liberales de la época.
            Tiene lugar también la aparición de los primeros periódicos con lo que se ampliaba la información de los hechos cotidianos. El periódico, tal como hoy lo conocemos, nació en Inglaterra, en el siglo XVIII. Con anterioridad a esta fecha, existieron ciertas formas de comunicación social(1)
            Los periódicos anteriores a 1835 apenas incluían informaciones. Trataban temas políticos o científicos. Solían tener formato pequeño, estaban escritos en una columna y su aspecto era bastante aburrido. Pero a partir de esta fecha surgen otros más parecidos a los actuales.
            Desde 1868 siguen existiendo periódicos de opinión, defensores de un partido o líder político, pero se desarrolla una prensa informativa que es la que más éxito tiene entre los lectores y la que alcanza mayores tiradas. El aspecto externo de estos periódicos es más ameno. Su contenido ya no se limita a temas políticos, sino que aparecen nuevas secciones de crítica literaria, pasatiempos, anécdotas y humor. Dedican más espacio a la publicidad e insertan folletines, (novelas por capítulos) que gozaban de gran aceptación entre el público lector.
            Tras la revolución de 1868, la Constitución de 1869 reconoce la libertad de prensa, por lo que, de nuevo, surgen numerosos periódicos y revistas. En 1883, la Ley de imprenta establecida por el gobierno liberal de Sagasta favorece también las publicaciones periódicas.




            En las primeras décadas del siglo XIX la prensa sigue siendo un producto para minorías ya que la mayoría de la población era analfabeta. Las tiradas son muy pequeñas, nunca sobrepasan los 1.5000 ejemplares, pero tienen una amplia difusión debido a la tradición de la lectura en voz alta , la existencia de gabinetes de lectura y la costumbre de leer los diarios en los cafés, ateneos y tertulias. En Madrid y en las capitales de provincias fue creándose un público lector más amplio a medida que se extendió la educación. A partir de 1868 se desarrolla la prensa femenina. Tras el triunfo de la Gloriosa se abren escuelas para instruir a las clases más bajas y aparecen los primeros periódicos obreros.
            El 12 de marzo de 1886 se publicaría en Madrid el primer número del semanario El Socialista, órgano de expresión oficial del Partido Socialista Obrero Español (2).
El movimiento obrero durante el sexenio democrático
            Las primeras organizaciones obreras surgen en Cataluña, las Sociedades de Ayuda Mutua. En 1840 se creó en Barcelona la Asociación Mutua de Tejedores que llegó a tener 15.000 miembros. Estas asociaciones organizaron las primeras huelgas con el objetivo de obtener subidas salariales.
            A partir de 1843 ( década moderada ) las asociaciones obreras fueron disueltas e ilegalizadas ( pasan a la clandestinidad )  hasta que en 1854 ( bienio progresista ) reaparecieron. Ese mismo año se creó la Unión de Clases que agrupaba a todos los obreros textiles y que reclamó contratos colectivos y derecho de asociación: Con el regrso de los moderados desde 1857 el  movimiento obrero pasa de nuevo a la clandestinidad.



            Las libertades políticas permitieron un importante impulso al movimiento obrero durante el Sexenio Democrático (1868-1874). En 1864 se había creado en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T.), donde durante un cierto tiempo convivieron los seguidores de las ideas de Carlos Marx (marxistas o socialistas) y los seguidores de Mijaíl Bakunin (anarquistas).
            Las nuevas libertades traídas por la "Revolución Gloriosa" permitieron la creación de la Sección Española de la A.I.T. En 1868 la AIT dirigió una proclama a los obreros españoles para darles a conocer la organización y animarlos a adherirse. Poco después Bakunin envió a Giuseppe Fanelli para organizar las primeras secciones internacionalistas. En 1870 un congreso general  reunido en Barcelona fundaba la Federación Regional Española de la Internacional muy influida por el anarquismo Desde un principio en los "internacionalistas" españoles hubo claro predominio de la ideología anarquista, inspirada en el pensamiento de Bakunin. Como era de esperar por su mayor grado de industrialización, el movimiento anarquista tuvo un mayor desarrollo en Cataluña. .
            En 1871 llegó a España el yerno de Carlos Marx, Paul Lafargue e intentó combatir la influencia anarquista y a propagar las ideas del marxismo. En 1872, creó un pequeño grupo madrileño originario del movimiento socialista marxista español.
            La ruptura entre marxistas y bakuninistas en la AIT tendrá repercusiones en la Federación Regional Española: en 1872 en un congreso en Zaragoza triunfan las tesis anarquistas y como consecuencia el grupo madrileño encabezado por Pablo Iglesias fue expulsado pasando a constituir la Nueva Federación Madrileña . Más tarde se funda la Agrupación Socialista Madrileña, la primera sección socialista-marxista en España, en tiempos de la I Internacional en 1879 por Pablo Iglesias y otros socialistas internacionalistas en Madrid. Fue el núcleo originario del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) partido que ejercerá su influencia sobre todo en Madrid, Asturias y Vizcaya,  aunque no conseguirá un diputado hasta  1910.
            En 1888 con la legalización de los sindicatos, un grupo de trabajadores socialistas -16 tipógrafos cuatro médicos un doctor en Ciencias, dos plateros, un marmolista y un zapatero- con Pablo Iglesias al frente, reunidos en una fonda de la calle Tetuán,-lo que hoy es casa Labra- tras la Puerta del Sol, fundaron el Partido Socialista Obrero Español. Lo hicieron en obligada clandestinidad, con el objetivo de defender los derechos de los trabajadores y de luchar por la emancipación social, la libertad y la igualdad.
            Posteriormente, en Agosto de 1888 se celebraría el I Congreso del PSOE en Barcelona, aprobando el programa definitivo, organización y sede, y nombrándose el Comité Nacional. Unos días antes se había celebrado, también en Barcelona, el Congreso Fundacional de la Unión General de Trabajadores (UGT), el sindicato socialista hermano.
            En Noviembre de 1903 se fundaría la primera agrupación local de las Juventudes Socialistas en Erandio (Vizcaya), y en Abril de 1906 se celebraría en Bilbao el Congreso Constituyente de la Federación Nacional de Juventudes Socialistas de España.




De esta manera, ya estaban constituidas las tres organizaciones históricas del socialismo español.
            Años más tarde, el 28 de noviembre de 1908, se abría la Casa del Pueblo de Madrid, con el fin de mantener un espacio abierto, en el que además de defender las ideas socialistas, se instruía a los trabajadores y sus familias y se proporcionaba un lugar de ocio constructivo. La Casa del Pueblo albergó más de cien sociedades obreras, con cerca de veintiocho mil afiliados.
            La aspiración de alcanzar un mundo habitado por hombres y mujeres honrados, iguales, libres e inteligentes se decía en el Programa Máximo del Partido.
            Desde la fundación el dos de mayo de 1879, y desde la primera Asamblea clandestina el 20 de julio del mismo año, en la que se aprueba el primer programa político, hasta nuestros días, la historia del PSOE está sembrada de acontecimientos relevantes, por su significado histórico, por su trascendencia para España y para nuestro Partido, y por su importancia en el camino de la conquista de las libertades y los derechos democráticos y sociales. Los socialistas hemos hecho este recorrido histórico representando la voluntad, los anhelos y las esperanzas de gran parte de la población.
            En sus orígenes, en un Madrid poco industrializado, los obreros de los talleres, los artesanos y algunos profesionales, junto con los obreros de la construcción y otros sectores sociales progresistas, dieron forma política al deseo de transformación social. El PSOE y la UGT, junto con otras Organizaciones de clase, fueron los instrumentos fundamentales con los que contó la clase obrera para fortalecer sus esperanzas. Al pensamiento socialista pronto se sumaron profesionales liberales trabajadores de la enseñanza, humanistas y hombres y mujeres procedentes de la Institución Libre de Enseñanza que reforzaron la dimensión humanista del socialismo.


            A lo largo de la historia, el PSOE y la Agrupación Socialista Madrileña, en particular, han vivido momentos de intenso debate interno en cuanto a las estrategias y a las políticas a seguir. Consecuencia lógica de una organización que, desde sus orígenes, fundamentó su existencia en la democracia interna, el pluralismo y la libertad de crítica y de pensamiento en el marco de la lealtad.atos se fundó en Barcelona la UGT.
            La aparición del socialismo en España a finales del XIX tuvo un peso determinante a la hora de debatir y configurar la política social dominada hasta entonces por criterios de beneficencia y sentimientos paternalistas, pero que a partir de esas fechas,se tradujo ya en los primeros años del siglo XX, en la promulgación, por fin, en España de una verdadera política de legislación laboral y en la puesta en marcha de las primeras instituciones oficiales de inspección laboral y de participación obrera
            En todo ello influyó la aparición en España del socialismo, aunque sólo fuera de forma indirecta, en respuesta al temor que produjo en la sociedad y en los gobiernos la amenaza revolucionaria de su discurso, motivo suficiente para agilizar las propuestas reformistas de un creciente descontento social capaz de alimentar el peligro socialista.


            Se puede decir, por eso, que el socialismo nació en España de forma coetánea a la preocupación por la cuestión social en nuestro país, tal como ésta se entendía en su época, es decir, el conjunto de problemas provocados por el desarrollo de los sectores productivos industriales y de la población trabajadora. Una coincidencia en el tiempo que no es en absoluto casual.
            Otro factor que conviene también tener en cuenta es el de la escasa incidenciadirecta de los socialistas hispanos a la hora de definir la política social de los gobiernos, dada su mínima presencia en el poder legislativo durante los años de la Restauración.
La casi simbólica presencia de Pablo Iglesias en el Parlamento, a partir de la conjunción republicano socialista, desde 1909, difícilmente puede considerarse influyente. Si fue mayor, e importante, la presencia socialista en los organismos de asesoramiento y estudio, a partir de la creación del Instituto de Reformas Sociales (IRS) en 1903. Pero, como es de sobra conocido, el funcionamiento real de las Juntas Locales del IRS, a menudo insuficiente cuando no inexistente, y la incidencia final del Instituto en los legisladores, tampoco tuvo un peso excesivamente destacable en la definición final de la política social.
 La actitud negativa de los patrones, las debilidades del propio Estado, incapaz o poco interesado de nevar a la práctica sus propias leyes, o las deficiencias en el trabajo de inspección y control, restaron protagonismo al socialismo también en este campo.
Tampoco le ayudaron sus múltiples y constantes divergencias internas, a veces en relación a temas de enorme calado y relativos a su propia concepción de una política social, lo que pudo dificultar, sin duda, su recepción en el resto de la sociedad. Recordemos tan sólo, en ese sentido, cómo, cuando en los años de la primera guerra mundial el socialismo dio un impulso creciente a sus niveles de afiliación.

También se debe tener presente la propia realidad política de la Restauración, que supuso la ausencia de una democratización efectiva de la sociedad, otro de los pilares básicos que suelen considerarse imprescindlbIes para poder llevar adelante una verdadera reforma social que sea capaz de integrar al movimiento obrero en una sociedad liberal, sobre todo en un país, como España a principios del siglo xx, con una masa obrera poco propensa a la filiación sindical o política.